Tras bambalinas en Washington, Alberto temió que Massa presentara su renuncia

Sergio Massa salió disparado y mantuvo un durísimo diálogo con el presidente, quien temió que le presentara la renuncia allí mismo. Durante varias horas todo estuvo a punto de naufragar y, aunque finalmente el ministro de Economía evitó dimitir, evalúa la publicación de un documento muy crítico sobre el presidente.

La reunión con Martín Guzmán fue la gota que colmó el vaso, ya que desde hace semanas el albertismo viene actuando de manera provocativa para tratar de forzar al ministro a romper su alianza con el cristinismo de cara a las internas del Frente de Todos.

El nivel de tensión fue tal que trascendió a la delegación argentina, lo que habría motivado a la secretaria del Tesoro norteamericano, Janet Yellen, a elogiar en presencia de Alberto Fernández y de Massa la tarea de "estabilización" que llevó a cabo el ministro en estos últimos meses y lamentar que el gobierno haya tardado tanto tiempo en emprender el rumbo actual.

Pero si bien la situación no terminó de estallar, tampoco ha sido superada. En el entorno de Massa evalúan que, con el corrimiento del presidente de la escena protagónica, le transfirió la responsabilidad del manejo de la crisis económica. De este modo, se ha desentendido del manejo de la economía, cargándole sus costos al líder del Frente Renovador, para concentrarse en la alternativa de su reelección o, en caso de no resultar posible, promover la candidatura de Daniel Scioli.

En la mesa chica del Frente Renovador hay bronca y disgusto, y se evalúa publicar un duro documento cuyo título inicial podría ser: "Nos salvó del helicóptero y lo quieren de rehén”.

Al interior del Frente Renovador hay muchas presiones para que Massa renuncie a su cargo y se ocupe de lleno del proceso electoral, ya que consideran que los indicadores de inflación y las presiones del FMI para aplicar un acuerdo insostenible -más aún con el agregado de la terrible sequía que experimenta nuestro país- terminarán por pasarle factura a toda la agrupación en la distribución interna de candidaturas y en la eventual devaluación de la imagen de su máximo referente, quien además debe sufrir el desgaste adicional que le impone el albertismo.

Pero Massa se resiste a dar el portazo y bajarse del gabinete, al menos hasta que la aplicación del nuevo dólar soja y los acuerdos que cerró trabajosamente en Washington le permitan hacer subir las reservas a unos 8.000 millones de dólares durante el mes de abril.

Según dejaron trascender en su entorno, una vez alcanzados esas suba de reservas, que debería estar acompañada de una reducción del índice inflacionario, será el momento de “ajustar las cuentas” en el Frente de Todos y dedicarse a la negociación interna de candidaturas y cargos en las listas electorales desde una posición de poder. Lo cual debería resolverse en cuestión de semanas, ya que los tiempos electorales apremian. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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