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Crisis bancaria
Pronostican una corrida del dólar que podría desestabilizar al gobierno nacional
La situación de la Argentina es una bomba a punto de estallar de la que nadie quiere hacerse cargo. Mientras el gobierno intenta patear para adelante la toma de decisiones que afectarán con mayor gravedad aún a la mayoría de los argentinos, la oposición pretende adelantar el apocalipsis para que a sea esta gestión a quien le estalle en las manos.
Pero el combo de ajuste impuesto por el FMI, sequía, inflación del 7,7 por ciento en marzo –con serias posibilidades de que alcance niveles similares en abril- y la disparada del dólar han incrementado lógicamente el malestar y el hastío social, no sólo contra el gobierno actual, sino también contra la coalición opositora, a la que se le adjudica una responsabilidad cuanto menos compartida por los fatídicos resultados y consecuencias del gobierno de Mauricio Macri.
Para los sectores más duros de la oposición el horizonte deseado es que esa bomba explote ya. No por casualidad Patricia Bullrich ha insistido en los últimos días con el argumento de que “el presidente no tiene capacidad de gobierno” o Jose Luis Espert se pregunte que hace todavía Alberto en la presidencia. En las exposiciones ante el Círculo Rojo que tiene lugar en estos días en el hotel Llao Llao, sólo Horacio Rodríguez Larreta aportó un discurso mesurado. Bullrich y Milei, en cambio, insistieron en su determinación de aplicar soluciones traumáticas en caso de llegar a la presidencia, desde la anulación inmediata de retenciones y subsidios hasta la aplicación de la violencia extrema para poner en caja la protesta social.
En el caso de Milei, su planteo de implementar la dolarización obtiene una creciente atención que atraviesa la estructura social argentina. Claro está que resulta inviable en una economía sin dólares, por lo que los pronósticos más alarmistas anticipan que la cotización de la moneda podría escalar a un nivel de flotación ubicado entre los 4800 y los 10 mil por unidad, lo que garantizaría la caída en una hiperinflación brutal. Estos mismos analistas alertan que, en ese escenario, la mayoría de los argentinos terminaría en la pobreza extrema y la indigencia.
Muy lejos de poder percibir las consecuencias de una política de esta clase, buena parte de los argentinos, sobre todo quienes serían más afectados por la dolarización, se siente seducida por la propuesta, ya que sólo la asocian con una estabilización de los precios, pero no con el consiguiente saqueo de sus ingresos de la que necesariamente estaría acompañada. Mucho menos se imaginan el horizonte cercano de violencia generalizada y ruptura de los lazos sociales que conllevaría.
Pero lo cierto es que las chances de Milei siguen creciendo al ritmo de las confrontaciones y agresiones constantes que experimentan ambas coaliciones mayoritarias, tanto al interior como con su contraparte del otro lado de la grieta. En el caso de que este ascenso de Milei continúe su marcha y de que sus posibilidades de acceder al ballotage se confirmen, la consultora de los bancos vaticinó una corrida contra el peso como resguardo ante la alternativa de que sus propuestas de dolarización y eliminación del Banco Central pudieran concretarse.
"Si el mercado percibe que Milei tiene alguna chance de gobernar o de influir en las decisiones de una futura administración de JxC (¿con Patricia Bullrich?), lo más probable es que veamos una corrida contra el peso", sostiene el último informe "especial" de la consultora 1816. Y agrega: "Hasta podría generarse una suerte de profecía autocumplida: que los tenedores de pesos teman una dolarización y al intentar deshacerse de sus tenencias, se generan las condiciones para una dolarización vía una licuación masiva de los stocks."
Para dolarizar según el “plan Milei” –advierte 1816- resultaría indispensable que el mercado internacional decidiera darle un respaldo decidido al nuevo gobierno, incrementando las paridades de los bonos en dólares, combinado con un shock inflacionario (que permita licuar los stocks de pesos) y una restructuración de las Leliqs, para reducir los pasivos de un BCRA que pretende eliminar.
Otro grave problema es que no es posible “dolarizar sin dólares”. Los economistas de 1816 calculan que la base monetaria actual es de 5,4 billones, que con una paridad del Contado con Liqui al CCL de 400 pesos serían unos 13.500 millones de dólares. Sin embargo, la Argentina cuenta con apenas 1.800 millones de dólares de reservas netas, por lo que deberían conseguirse unos 11.700 millones adicionales. Pero este cálculo –advierten- tiene una trampa, ya que el pasivo del BCRA no es solo la base monetaria, sino también las Leliqs y los pases, que suman otros 12,5 billones; es decir, más del doble. De este modo, harían falta alrededor de 44.750 millones. Habría que conseguir otro préstamo stand by como el que se le otorgó a Mauricio Macri y que se esfumó durante su último año de gestión.
En caso de no obtenerse esos fondos, una dolarización utilizando sólo las reservas netas actuales llevaría el tipo de cambio a 9944 pesos por dólar (17,9 billones contra los 1.800 millones de reservas).
La semana pasada el economista Emmanuel Alvarez Agis alertó sobre el apocalipsis que desataría la aplicación del “Plan Milei”. "No quiero llamar a la desgracia, pero si alguien dice que su programa económico es prender fuego el Banco Central, que es la entidad que regula los bancos, yo no tendría la plata en un banco", marcó. Y denunció que el verdadero objetivo del economista libertario es generar una “profecía autocumplida".
"Si yo digo 'conmigo no va a haber sistema bancario' y empiezo a subir en las encuestas, tal vez lo que quiero hacer es generar una corrida bancaria para que después el ajuste lo haya hecho el mercado y no yo. Y en realidad lo hice yo porque estoy llamando a esa desgracia", sentenció.
Lo cierto es que, ya sea por convicción o por cálculo político, la alternativa de una corrida contra el peso no puede descartarse. Mucho menos en un año electoral en el que el oficialismo tiene escasas chances de renovar su mandato. Claro está que, si la bomba llegara a explotar próximamente, no sólo afectaría a la economía y las finanzas, sino también a las ya declinantes condiciones de vida de todos los argentinos. Por no hablar del gobierno ni, eventualmente, del sistema institucional, que podrían volar por los aires según cuál llegara a ser su magnitud. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, José Luis Espert, Mauricio Macri, Emmanuel Alvarez Agis¿Qué te parece esta nota?
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