Nacionales
Interna en el Frente de Todos
El salto al vacío de Alberto Fernández
La explicación oficial del albertismo sobre la renuncia a la candidatura de Alberto Fernández fue que lo había hecho para “descomprimir” la interna del Frente de Todos y dedicarse exclusivamente a su tarea de gobierno. Ni uno ni otro argumento se sostienen.
Desde hace tiempo, Alberto era sólo un presidente testimonial, con cierta capacidad de daño pero nula iniciativa, y, en lo referido a la interna, la “descompresión” amenaza con convertirse en una especie de atomización que afecta al propio “albertismo”.
En efecto, mientras que algunos ministros y allegados al presidente, como Agustín Rossi o Leandro Santoro levantan ahora una posición contraria a la del presidente, postulando el acuerdo antes que unas PASO competitivas, Santiago Cafiero, Victoria Tolosa Paz y Aníbal Fernández insisten en la necesidad de garantizar la disputa interna “para todos los cargos”.
Por ahora todos se mantienen dentro de un mismo espacio común. Pero la explicación es sencilla, ya que en tanto Rossi y Santoro esperan ser ungidos como “candidatos de la unidad” con el aval de Cristina, los demás tienen en claro que esa vía les está cerrada, por lo que si llegan a conseguir algún lugar en las listas definitivas será a partir de un correcto desempeño en las PASO.
Pero mientras que Rossi se ha consituído en su propio jefe de campaña para negociar con el cristinismo, rescatando del archivo sus antecedentes durante la “década ganada”, el preferido del canciller es Daniel Scioli. “Pichichi” no sólo cuenta con este apoyo, sino también con el de algunos dirigentes encumbrados de La Cámpora, quienes le reconocen su cumplimiento de los acuerdos y su escasa disposición a responder a las reiteradas agresiones y descalificaciones de los ex “pibes para la liberación”, tanto durante su extenso paso por la gobernación bonaerense, como en la hora decisiva de su candidatura presidencial en 2015.
"Es importante en lo interno la legitimidad con las PASO para seleccionar candidatos y avanzar en mecanismos de selecciones modernos para democratizar el espacio, en un tiempo donde las derechas antidemocráticas están creciendo y los discursos de odio son los que más prenden", afirmó Cafiero a la salida de la reunión del PJ del viernes pasado. En términos similares se expresó Tolosa Paz al día siguiente en Ensenada, y Aníbal declaró públicamente que hay que garantizar internas competitivas, “aunque Cristina sea candidata”.
La relación entre Rossi y Cafiero es pésima. "Se odian", dejan trascender desde el gabinete nacional. Y el apoyo del canciller a Scioli ha profundizado ese sentimiento.
De todos modos, corrido Alberto queda en claro que Cristina asumirá un rol central en el armado de la fórmula y las listas. No se tomó descanso: este jueves aparecerá en el Teatro Argentino de La Plata, el escenario de muchos de sus grandes anuncios.
En el acto de este sábado, Máximo no se privó de tirarle palos al “albertismo”. El cristinismo no aprende e insiste en su apelación a la prepotencia y el ninguneo de quienes no forman parte de su tribu. Difícilmente de este modo garantizarán la unidad. En manos de Cristina y los suyos, la pretendida “descompresión” pretendida por Alberto se convirtió en un anunciado salto al vacío. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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