Denunció por discriminación a la gestión de Kicillof y lo trasladaron lejos de su casa

Tristemente, la novela de Mauro Ocampo aún no encontró su fin. La misma comenzó cuando, siendo empleado en el Patronato de Liberados bonaerense, sintió que comenzaba a perder su capacidad visual y física. A raíz de ello, contrató una mujer adulta como ayudante. “Nunca le exigí a la empresa que se haga responsable de ningún costo o medicamento. Pese a lo miserable de mi sueldo, me hice responsable de todo”, aseguró.

Tiempo después, cuando su ayudante tuvo que retirarse con motivo de su avanzada edad, Ocampo comenzó a sufrir situaciones de discriminación por parte de la jefa de su delegación en la localidad de Tres de Febrero, Stella Maris Malerba. “Solicité trabajar en modalidad home office debido a que no contaba con mi ayudante”, relató. Sin embargo, la respuesta de Malerba le cayó como un balde de agua fría: “Ese es tu problema por ser discapacitado”, le espetó sin el menor respeto.

A pesar del temor a represalias, Ocampo denunció lo sucedido internamente con las autoridades del Patronato de Liberados, pero de acuerdo a su relato, fue “desoído”. Días después, realizó una denuncia ante el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), esperando una retractación de Malerba.

La audiencia, que tuvo lugar el pasado 28 de marzo, contó con la presencia no sólo de Malerba, sino también de las asesoras del INADI y, sorpresivamente, del director regional, Gustavo Alejandro López, un reconocido dirigente de la agrupación ultrakirchnerista La Cámpora. De poco sirvieron los reclamos de Ocampo y su relato sobre diversos actos de discriminación que sufrió en su contra. “Sólo intentaron hacerme quedar como un irresponsable y me aseguraron que Malerba no se disculparía porque no me discriminó”, relató.

La audiencia tuvo sabor a poco, no se llegó a ninguna solución y Ocampo, que venía de ser discriminado por discapacitado, no sólo se llevó del INADI un “acta de no acuerdo”, sino que su peor pesadilla se cristalizó horas después. En la confirmación de sus temores, la gestión de Kicillof no sólo que no lo apoyó, sino que decidió trasladarlo 30 kilómetros más lejos.

En la nota publicada en REALPOLITIK, Ocampo expresó su temor a represalias. La larga trayectoria de vendettas por parte de La Cámpora es conocida en los pasillos de la administración pública. Lamentablemente, los hechos le demostraron que estaba en lo cierto.

“La delegación en la que trabajo queda a dos cuadras de mi casa”, asegura, lo que teniendo en cuenta su condición física resulta adecuado. “Ahora me trasladaron a una oficina a 30 kilómetros de mi domicilio real”, explicó indignado. El traslado, además, fue compulsivo. “Fue una notificación por correo desde el web mail institucional mediante una disposición infundada que sólo hace referencia genérica a un expediente interno de cuya formación y trámite nunca fui notificado ni tomé conocimiento. Por lo tanto, se viola mi garantía constitucional de defensa en juicio”, aseguró.

Una vez más, el INADI quedó en el centro de la polémica por hacer caso omiso a casos de discriminación en los que se ve acusada una militante de La Cámpora. Del mismo modo, Ocampo apuntó a la gestión de Axel Kicillof: “El gobierno bonaerense profundiza las persecuciones y el acoso laboral a un trabajador profesional con discapacidad”, aseguró. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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