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16 de mayo de 2023 | Nacionales

¿El fenómeno se desintegra?

Milei muerde el polvo

Los argentinos tenemos experiencia de sobra como para saber que no se les debe creer demasiado a las encuestas cuantitativas. Realizadas por encargo, con universos de consulta acotados, recurriendo en general a consultas por telefonía fija, sus resultados rara vez se condicen con la verdad del sufragio.

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por:
Alberto Lettieri

Con las presenciales ocurre algo similar: a menudo los encuestados dan respuestas acordes al medio en el que se los interroga, o bien ocultan posicionamientos que pueden resultar socialmente vergonzantes.

Los resultados de las elecciones provinciales parecen demostrar que el candidato de La Libertad Avanza se está desmaterializando. Cuando visita las provincias es recibido como una rock star. Pero a la hora de introducir el sufragio, los argentinos le escapan a sus candidatos como a la peste. En los últimos quince días le pasó en La Rioja y luego en Tierra del Fuego: la conmoción que generó su llegada sólo se tradujo en 15,5 y el 7,4 por ciento de los sufragios respectivamente. También en este último caso los votantes prefirieron manifestar su bronca a través del voto en blanco, que ocupó el segundo lugar por delante de las listas de Juntos por el Cambio y de la referente provincial de Milei.

Al que le fue mejor fue al riojano Martín Menem, quien llegó tercero y a los premios. En Neuquén, Carlos Eguía, del Partido Cumplir, sacó el 7,98 por ciento y quedó cuarto. En Río Negro, Ariel Rivero obtuvo el 9,33 por ciento de sufragios. En Jujuy, los candidatos que se referenciaban en Milei apenas llegaron al 3,2 por ciento de los votos. En Salta les fue aún peor, con apenas 2,3 por ciento de los votos. Y en Misiones no llegaron ni al 1 por ciento. En La Pampa, finalmente, ni se presentaron.

En vista de la cosecha que más que magra parece ser descalificadora, Milei decidió despegarse de sus candidatos provinciales, impidiéndoles el uso de símbolos y marca partidaria, temeroso de que su imagen se desgastara del todo ante de dar batalla en el AMBA.

A la postre, pese a lo que sostenían las encuestas, en todas partes terminaron imponiéndose los oficialismos. Incluso en Neuquén, donde la elección terminó siendo una interna entre dos fracciones del MPN. En varios casos hubo un alto nivel de abstención y de votos en blanco, lo que parece demostrar que la señal de disgusto con la política pasa por quedarse en casa o no votar por nadie. Ni siquiera por Milei, quien bajo la máscara de su discurso “anticasta” terminó cerrando con actores de incalificable pasado, descartados por la memoria colectiva.

El día después del último fracaso electoral en las provincias, Milei volvió con sus agresiones y descalificaciones. Esta vez el destinatario fue Alberto Fernández. El libertario al que sólo le queda llamar la atención y gritar fuerte para mantenerse vivo políticamente, ya que sus ideas -a excepción tal vez del realismo mágico que provoca la dolarización- no seducen a nadie, necesita ser señalado como adversario por las dos coaliciones mayoritarias, buscando restarse votos entre sí para dirigirlos a este producto mediático de laboratorio.

Tampoco le ha salido bien el negocio de venta de candidaturas que denunció Carlos Maslatón. El titular de La Libertad Avanza conoce tan poco el país que exige montos que nada tienen que ver con las posibilidades de los actores políticos provinciales que se le acercan, y que son generalmente outsiders.

Después de que el Frankenstein que inventaron algunos grupos corporativos se les escapó de las manos llegó la etapa de control de daños, tratando de destruir las consecuencias no queridas de una creación que superó largamente sus expectativas de marcarle la cancha al gobierno del Frente de Todos e imponer algunos tópicos clásicos del pensamiento ultraliberal como verdades rebeladas. Esto último no lo lograron, pero la caricatura alcanzó llamativa popularidad. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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