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21 de mayo de 2023 | Municipales

"Pituca"

La Avellaneda narco de Jorge Ferraresi

Jorge Ferraresi tiene 62 años. Está casado con la ex diputada nacional Magdalena Sierra, quien siempre le cuida "su territorio" de Avellaneda, como jefa de Gabinete o en cualquier otro puesto de relevancia.

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por:
Jorge O. Rodríguez

Jorge Ferraresi es nuevamente el intendente de Avellaneda, ya que entre el 19 de noviembre de 2020 y el 1 de noviembre de 2022, se tomó licencia para ocupar el ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación del gobierno de Alberto Fernández. También fue intendente del 2009 al 2020. Su padre Alfredo Ferraresi, fue un histórico dirigente sindical del gremio farmacéutico (o un burócrata sindical, según varias fuentes).

Jorge Ferraresi ingresó a la Universidad Tecnológica Nacional Regional Avellaneda, donde se graduó de ingeniero en construcciones en 1988 y luego de ingeniero laboral en 1990. Sin mayor experiencia profesional, fue responsable hasta 1991 de Seguridad e Higiene del hospital nacional de Pediatría Garrahan. Desde 1991 ocupó distintos cargos municipales en Avellaneda y en la administración provincial y nacional, tales como gerente operativo del Organismo Nacional de Administración de Bienes del Estado (ONABE). Varias personas que lo trataron en esas funciones, coinciden que siempre demostró escasa contracción laboral, pero una gran habilidad para la rosca política y sus consecuentes actividades de muy baja transparencia. Actualmente también ocupa la vicepresidencia del Instituto Patria, y hasta hace unos días aparecía como interventor de la empresa EDESUR, la cual siguió con sus continuos cortes de electricidad, de los cuales Ferraresi no se va a hacer cargo, ya que en todos sus puestos jamás se hizo cargo de nada.

El 5 de mayo de 2019 se publicó en este medio una nota que reflejaba los lugares de ventas de estupefacientes en Avellaneda. Para la investigación se entrevistaron vecinos, personal policial bonaerense y federal, más algunos miembros de la Justicia y la procuración de la provincia. Las conclusiones de dicho análisis criminal fueron más que alarmantes: pudimos establecer más de 300 puntos de ventas de drogas, como también más de 1000 narcos protegidos operando impunemente. El territorio de unas 450 manzanas analizado, estuvo delimitado por las avenidas B. Mitre, H. Yrigoyen, Crisólogo Larralde, Anatole France y Mujeres Argentinas, sumadas a algunas manzanas de Dock Sud, Sarandí y Gerly - Piñeiro. Consultado en ese momento el intendente Ferraresi por varios medios, no tuvo mejor idea que afirmar que las drogas son cuestiones federales, una vez más no haciéndose cargo de nada.

Luego de tres años de publicada dicha nota, la cuestión narco de Avellaneda es mucho peor que la de aquel momento: no solo pueden observarse la casi totalidad de los puntos de ventas de drogas, sino que además se le han ido sumando muchos otros a los mismos. La nutrida presencia de traficantes vendiendo a metros de las comisarías, de la municipalidad y del polo judicial, es una clara representación de la protección conque cuentan los narcos.

En H. Yrigoyen 1385 se ubica la delegación Avellaneda de la Federal. A metros de la misma en la esquina del 1400, en cercanías de una parrilla, operan varios vendedores ambulantes de drogas. En la misma avenida constatamos a transas en las paradas de colectivos a la altura del 1100, en la estación de servicio del 1071 y a la altura del 990. Estos últimos lugares además, se localizan a unos 400 metros de la comisaría 2º Piñeyro de la calle Giribone 495, situada a espaldas de la estación Kosteki - Santillán (ex Avellaneda). También se realizan ventas de sustancias, por la entrada de la estación de trenes y por la vereda de enfrente de Yrigoyen al 300 y al 200, cerca de varios bares y en el interior de los mismos, a unos 100 metros de la comisaría de la Mujer, ubicada en la calle Colón Nro. 167. También pueden observarse traficantes peruanos vendiendo, casi frente a la misma comisaría y en la esquina de Colón y Maipú.

Pero tal vez el mayor aquelarre narco, se sigue localizando a 200 metros de la comisaría de la Mujer, por las calles Asunción -de solo unos 100 metros- y en la calle Monseñor De Andrea. Se vende en la plazoleta de la intersección de ambas calles y además en los 200 metros de De Andrea, desde Yrigoyen hasta calle España, tramo en el cual hay no menos de diez fincas, ocupadas en forma ilegal o irregular, por traficantes y todo tipo de delincuentes, en buena medida ciudadanos peruanos. Tales conceptos pueden aplicarse a varias “cuevas” ubicadas en las inmediaciones, por las calles Maipú, Mariano Acosta y España, con traficantes y distintos delincuentes también peruanos, que viven en casas tomadas. Aseveran mis fuentes que algunos de esos delincuentes, tienen incluso pedidos de captura de Interpol (claves rojas), cuestión que también demuestra el nivel de protección policial y política que tienen estos bandidos. Por otra parte, quien se atreva a caminar por esas calles en horas nocturnas, seguramente va a ser víctima de algún robo, cuestión que tienen más que clara los vecinos de esas cuadras.

El 4 abril de 2019 se publicó en este medio, el muy posible fusilamiento del comisario de la bonaerense Hernán David Martin, de parte de un grupo de tareas de la Federal, a metros del Shopping Avellaneda. Los federales adujeron que el comisario había concurrido a la estación de servicio ubicada en el lugar, a percibir una coima de parte de unos traficantes dominicanos. La cuestión que este señor recibió cerca de diez impactos de bala en su espalda y en su nuca, en lo que parecería otro crimen impune más, de los tantos que ocurren en nuestro país, realizados por policías delincuentes.

En inmediaciones de ese lugar, se dan enormes niveles de venta de drogas alrededor de dicho Shopping, incluyendo el lindero Barrio 4 de Junio. Lo mismo ocurre a metros de la sede de la municipalidad de Avellaneda, ubicada en Guemes 835.

También se pueden observar a simple vista, las ventas de sustancias por toda la avenida Belgrano, no solamente en inmediaciones de la comisaría 1º, ubicada en Lavalle 158: pueden verse en sus inmediaciones, a transas vendiendo casi todo el día y la noche. En la cuadra del hospital Fiorito, en las veredas de enfrente y a la vuelta por la calle Italia, operan decenas de traficantes. Se venden drogas también en varios maxi kioscos ubicados en Belgrano, en especial en uno a pocos metros del Correo, el cual tiene sus góndolas siempre casi vacías. Las ventas de sustancias, también son de gran escala en el barrio Obrero de monoblocks, contiguo al estadio de Independiente.

Aníbal Fernández junto a su funcionaria Mercedes La Gioiosa, Jorge Ferraresi y Alejo Chornobroff, alias "Pancho con Bigotes".

También se realizan ventas de drogas por Mitre al 2100, y por la calle Iriarte a unos metros de los juzgados ubicados a la altura del Nro. 142. Asimismo pueden apreciarse a traficantes operando cerca del polo judicial de Avellaneda, ubicado en avenida Mitre 2615. Cuestiones que verdaderamente comprometen a todos los poderes, no sólo a la instancia municipal.

Pero Avellaneda no solo padece el flagelo de las drogas, sino que los niveles de inseguridad son verdaderamente espantosos. Mientras el intendente Ferraresi y los suyos intentan mostrar un mundo irreal, a partir de distintos inventos como el Foro Vecinal de Avellaneda Segura, tal como nos platea continuamente el periodista Marcelo Hawrylciw. Mundo irreal que continuamente es abonado además, por los incapaces funcionarios de la municipalidad, debidamente ordenados detrás de Ferraresi, ente los cuales se destaca Alejo Chornobroff, apodado por los vecinos "pancho con bigotes". Un mundo que siempre colisiona con la realidad, con las continuas marchas por seguridad y justicia, realizadas por vecinos de Gerli, Piñeiro, Crucecita, Sarandí y del resto de los barrios de la ciudad de Avellaneda.

Motochorros, entraderas, robos de autos y demás delitos transcurren en forma continua, al igual que industrias contaminantes y distintos comercios irregulares, tales como las decenas de negocios que venden celulares robados. Y como bien detalla Hawrylciw: "Falta un compromiso real en salud, donde faltan médicos y medicamentos en las unidades sanitarias, falta mucho en mejorar la calidad educativa con funcionarios que si van a ser autoridades, que por lo menos sepan hablar con propiedad y tengan formación pedagógica, y si vamos por el lado de la enseñanza artística la cosa se agrava, donde el municipio paga sueldos de docentes a personajes puestos a dedo que no lo son, y se terminan llevando una jubilación que no les corresponde". Es decir la Avellaneda de Ferraresi no es solo un distrito narco de máxima pureza, sino que todo además es desastroso, patético y paupérrimo.

Mientras escribo esta nota suenan Los Redonditos de Ricota, con su canción El Arte del Buen Comer: "Pituca cree que es el mejor / el mejor culo para su sillón / y sabe bien que hoy su chance es gorda. / Le ha puesto, al fin, su nombre al toallón / compró marfiles de la selva del Congo / y en su coco siempre hay un petardo… Tuvo un golpe de audacia y se dio de timbero fogoso y feroz, de los que nunca muestran todo el mazo…”.

Después de todo lo detallado en esta líneas, me queda mucho más claro porque al intendente Jorge Ferraresi, unos cuantos vecinos de Avellaneda lo han bautizado “Pituca". (www.REALPOLITIK.com.ar)


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