La designación del nuevo arzobispo de Buenos Aires abrió una nueva grieta

Tal como lo anticipó REALPOLITIK, la designación del sucesor del cardenal, Marco Aurelio Poli, se esperaba para después del tedeum por el 25 de mayo, y el papa Francisco solo esperó que terminaran de cantar el himno. En la mañana del 26 de mayo se conoció que el obispo de Río Gallegos, Jorge Ignacio García Cuerva, sería nombrado como nuevo arzobispo de Buenos Aires.

Fue una jugada política de Francisco que todos catalogaron de magistral, algunos coincidiendo con esa decisión, otros sembrando dudas y críticas. Sin embargo, según trascendió, nadie en el episcopado esperaba esta designación, aunque el factor sorpresa del que habló este medio, muy propio de Bergoglio, interpeló a la iglesia entera.

El nuevo arzobispo posee una visión eclesial mucho más abierta a la de su predecesor, más reservado y esquivo a dar declaraciones públicas sobre temas candentes, como la comunidad LGBT, el cuidado del medio ambiente. Su visión de la política cercana a la doctrina social de la iglesia católica lo acercan a Francisco y muestran una nueva cara de la jerarquía católica.

Rápidamente un sacerdote del clero castrense salió a criticarlo en un grupo de WhatsApp de sacerdotes, del que se conoció su relación como compañeros de seminario, y no dudó en asegurar que era gay, viralizándose rápidamente. Luego de su difusión, debió pedir disculpas por sus dichos, que golpeaban incluso el arzobispo platense Víctor Manuel Fernández.

Por otro lado, un video de una misa por el aniversario de la muerte del ex presidente Juan Domingo Perón, en la que llamaba a sus militantes a seguir su ejemplo de compromiso social, generó fuerte repercusiones por parte de algunos políticos, aunque basta con ver el material para darse cuenta a simple vista que el mismo está recortado y por ende no se comprende totalmente su mensaje.

Aún así, el nuevo arzobispo está formado en teología, es abogado, y doctor en derecho canónico. Es autor de numerosos escritos académicos y con apenas 55 años se ha convertido en el arzobispo porteño más joven de los últimos tiempos. Incluso podrá ser el cardenal de menor edad en entrar en el cónclave que definirá al sucesor de Francisco.

Sin lugar a dudas, y pese el lobby de sectores más conservadores, el papa Francisco no duda en hacer uso de la lapicera y avanzar con los cambios que quiere dejar para el porvenir de una institución en la que los fieles y las vocaciones disminuyen día a día, lo que requiere de un aggiornamento acorde a los tiempos, mientras ya están en marcha los preparativos para su visita al país en 2024 y se esperan más cambios en algunos obispados. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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