Municipales
Cinco causas infames
La inflación, un viaje de ida al más cruel infierno económico. Es un tobogán directo a la ciénaga del sufrimiento social. Se asemeja a una tormenta con vientos huracanados que tras su paso no deja nada en pie.
Pero la inflación sin fin que padecemos los argentinos supo tener sus causas que, según apreciamos, son cinco a saber:
1. La primera y fundacional del desastre económico en el que nos encontramos es la brutal e inconmensurable deuda contraída por Mauricio Macri con el FMI con la sola intención de ganar una elección.
2. La segunda causa fue la pandemia mundial que desató el COVID-19 que se llevó miles de vidas y paralizó la economía mundial, haciendo peligrar el edificio financiero del planeta.
3. La tercera razón fue la invasión de Rusia a Ucrania que aún perdura, incentivada por una OTAN que actúa como combustible frente a un voraz incendio. Aceleró la crisis de energía del globo.
4. La cuarta causa fue la profunda sequía que azotó la geografía del país todo. Cultivos que no se desarrollaron y ganado muerto de hambre y sed. Esto impidió un ingreso aproximado de 20.000 millones de dólares a las arcas de la Nación.
5. El quinto factor fue el más evitable de todos, aquel que jamás debió suceder. Los desencuentros permanentes y crónicos entre el presidente de la Nación, Alberto Fernández, y la vicepresidenta, Cristina Fernández. Los problemas económicos siempre tienen su fundamento político y lo político en el corazón de las personas. Diferencias con discursos y comentarios públicos de por medio crearon un clima interno no propicio para poder enfrentar los graves problemas reinantes. Demasiado egoísmo y vanidad invadieron la fraternal concordia que en un momento se pudo lograr. No sabemos quién es más “culpable” ni pretendemos saberlo. Lo que es cierto que de este “culebrón” salimos todos perjudicados.
Ahora, a pocos días del cierre de listas, hacemos votos para que los corazones de nuestros dirigentes se iluminen para el beneficio de la patria y nuestra gente, que bien merece un gobierno ágil y loable para solucionar los problemas que nos acosan.
Desde tiempo inmemorial la salida es hacia arriba y marchando para adelante. Las buenas intenciones sinceras encuentran siempre el camino del bien común si es que en verdad se trabaja para la ventura del pueblo.
Creemos en la doctrina del general Perón, cúmulo de principios humanistas, populares, nacionales y cristianos. Si lo deseamos seguro lo logramos. La solución no es achicar el estado, ni “prender fuego el Banco Central”, menos aun vendiendo nuestros órganos para poder subsistir, ni la barbarie de estregar nuestros hijos al mercado. Creemos profundamente que nuestra línea aérea de bandera debe mantenerse y acrecentar su servicio. Orgullosos de Aerolíneas Argentinas, de los satélites que se están construyendo, al igual que de los radares de gran eficiencia vendidos al mundo. Si algo no funciona lo mejoramos, no lo cerramos.
Sucede que algunos “dirigentes” un poco flojos de elástico en su ropa interior, parecen deseosos a desnudarse ante los influyentes del país del norte. Grandes cipayos, pequeños hombres.
El peronismo quiere a la patria. No olvida la gran causa de Malvinas. Somos un país bicontinental. Llenas están las páginas de nuestra historia de hechos heroicos y así continuaremos. No hay lugar para los derrotistas y entreguistas. Necesitamos patriotas.
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