Juntos por el Cambio: Unidad hasta que duela o estallido

La receta pragmática consistiría en ampliar la coalición incorporando a peronistas no cristinistas -sobre todo a Juan Schiaretti- para incrementar la musculatura electoral. “El daño que le hizo la interna del Pro a Juntos por el Cambio recién ahora se está viendo en números”, coinciden los estudios que les acercaron.

Este lunes tendrá lugar una reunión clave de los presidentes de los partidos que integran la coalición, y la cuestiones clave a decidir son la integración de Juan Schiaretti, José Luis Espert y Margarita Stolbizer; la denominación que adoptará la alianza y el pedido de conformar  listas únicas en todo el país.

Pese al fracaso del gobierno del Frente de Todos, la memoria colectiva no ha olvidado cuán catastrófica resultó para la mayoría de los argentinos el gobierno de Mauricio Macri. Por esta razón la coalición opositora no sumó sino que restó casi un millón de votos en 2021 respecto de 2019, aunque se objete que no pueden compararse elecciones legislativas con presidenciales. Pero lo cierto es que sus candidatos no consiguen levantar en las encuestas: los votantes que analizan los discursos no quieren saber nada con repetir “lo mismo que en 2015 pero más rápido”; los que sólo quieren manifestar su bronca y su rechazo a la dirigencia política se van detrás de Javier Milei, sin importar lo que proponga.

Dentro de Juntos por el Cambio, el sector racional integrado por Horacio Rodríguez Larreta, Gerardo Morales, “Lilita” Carrió y Miguel Ángel Pichetto insisten en ampliar la coalición para sumar volumen electoral. Patricia Bullrich se opone, en la inteligencia de que esos nuevos aliados sentenciarían su derrota en la interna. ¿Y Mauricio Macri? Navega entre la necesidad de sostener a su precandidata abroquelándose en el actual estado de cosas y su lectura pragmática de que la incorporación de Schiaretti le terminaría rindiendo sus frutos en el mediano plazo. Pero no queda claro que al ex presidente le interese particularmente la victoria, ya que una derrota de Juntos por el Cambio le devolvería inmediatamente el protagonismo que resignó.

Un año atrás la victoria de Juntos por el Cambio parecía irreversible. El desgaste interno que le impuso el Pro a la coalición consiguió lo impensado. Ahora el cronograma electoral impone los tiempos, cada vez más acotados. El 11 de junio habrá PASO en Mendoza, San Luis elegirá gobernador y en Corrientes habrá elecciones legislativas. Tres días después, el 14, vence el plazo para inscribir alianzas electorales nacionales y el 24 habrá cierre de listas de candidatos. El 13 de agosto tendrán lugar las PASO. La Argentina afrontará un verdadero polvorín, entre operaciones políticas, movidas financieras y aumento “preventivo” de precios.

Este lunes Gerardo Morales, Larreta y Carrió cruzarán sus espadas con Macri, Bullrich y Ernesto Sanz. “Va a haber pelea”, pronostican de todos lados.

¿Cuáles serán los daños colaterales? Imposible saberlo.

A las resistencias que generan las nuevas incorporaciones y la cuestión de la unidad de las listas a escala nacional se suman las tensiones internas en la mayoría de las provincias.

¿Unidad hasta que duela o estallido? Por ahora sólo se anticipa un final de bandera verde. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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