Internacionales
Incertidumbre
Elecciones PASO con la moneda al aire
Como tal vez nunca antes, los resultados que podrían arrojar las PASO son una incógnita.
¿La levantada de Horacio Rodríguez Larreta, que registran todas las encuestadoras, le alcanzará para superar a una Patricia Bullrich amesetada y en proceso de cierto retroceso? ¿Cuál será el voto de Javier Milei: el 10, el 15, el 19 o el 24 por ciento que le atribuían las diversas mediciones antes de la veda? ¿Conseguirá Sergio Massa ser el candidato individualmente más votado; o, por el contrario, Juan Grabois se lo impedirá? Y, finalmente, la pregunta más incómoda: ¿Cuáles serán los niveles de abstención, voto en blanco y voto anulado?
La paradoja de la situación es que, al no contarse con instrumentos confiables de medición para elaborar un diagnóstico previo -las encuestas vienen fracasando estrepitosamente desde hace rato-, cualesquiera sean los resultados que arrojen las PASO no sorprenderán a nadie, ya que será muy fácil entonces, con los números en la mano, elaborar una justificación.
Servirá para planificar las campañas y estrategias de cara a las generales, con los competidores definidos sobre la mesa. Lo que no conseguirán revertir es la confirmación del extrañamiento entre la política y amplísimos sectores de la sociedad, que con justa razón se sienten desilusionados o muy enojados con la dirigencia, más allá de su signo político.
Las últimas horas nos han permitido asistir a la -¿última?- puesta en escena de lo que ha sido el clásico de la política argentina en la última década y media: la confrontación entre Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner.
Las consecuencias de la grieta que alentaron las pagaremos por mucho tiempo a nivel social, económico y político. Más allá del motivo de los cruces –sea el endeudamiento o los indicadores de pobreza- ambos siguen mostrándose como lo que han sido: dos caras de una misma moneda que, en su ilimitada vocación de construir y conservar poder, llevaron a la Argentina al borde del abismo, o tal vez más allá.
Por distintas razones, ninguno de los dos pudo cumplir su sueño de intentar el retorno glorioso. A ambos la gran mayoría de la sociedad les ha dado la espalda. Hasta apenas un par de días atrás, ni siquiera se involucraron en la campaña, después de haber tratado de marcar la cancha a los precandidatos para tratar de asegurarse su sobrevida después del 10 de diciembre. Pero sus expectativas han debido recortarse significativamente.
El interés de Mauricio radica en seguir obteniendo réditos de la CABA. El de Cristina, en conservar la provincia de Buenos Aires para mantener a su tropa: sabe que sin caja su liderazgo se esfumará inmediatamente. También, paradójicamente, tienen en claro que su futuro político está asociado más a la derrota que a la victoria: quien gane la presidencial estará en condiciones de imponerle un cierre definitivo a su liderazgo; pero ambos podrían aspirar a convertirse en jefes de la oposición en caso de un resultado adverso.
El domingo próximo la sociedad argentina comenzará a definir su destino. Podrá elegir por más grieta y enfrentamientos si opta por Bullrich o Milei, o por una nueva dinámica del diálogo y la negociación si lo hace por Larreta o Massa. Un alto nivel de abstención haría que el voto de los políticamente encuadrados se sobredimensionara hacia las perspectivas más radicales. Una participación mayor de independientes seguramente potenciaría las alternativas más moderadas. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, Juan Grabois, Mauricio Macri, Sergio Massa, Cristina Kirchner¿Qué te parece esta nota?
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