Pacto pesado: Malón presentó su nuevo disco en Flores

Al borde de la veda electoral y con una puntualidad poco común en el circuito de recitales de Buenos Aires, Malón volvió de entre los vapores de su propia leyenda en un viaje al presente para mostrarse activa a la carga de "Oscuro plan de poder", cuatro disco de estudio de la emblemática banda heavy metal argentina.

Así las cosas, a las 20.45 del sábado el cuarteto salió al escenario del Teatro Flores para desandar los acordes de "Un cielo rojo", la canción que había servido a inicios de este año como adelanto del flamante álbum. Luego fue el turno de "Ancho falso", otro estreno que algunos podrán ver como una crítica a un viejo compañero, aunque el mensaje tranquilamente podría proyectarse en cualquier otro enemigo. 

En tercer lugar vino "El infierno de ayer", uno de los apenas dos repasos de "Nuevo orden mundial", el disco de estudio con el que Malón había vuelto a la carga en 2015. Y a partir de ello, sí: el repaso de "Espíritu combativo" y "Justicia o resistencia", los dos álbumes que marcaron el sonido de Malón en su década dorada, la de los 90'. 

La primera escala en el lejano pasado fue "Bajo el dominio danzante", canción que Claudio O'Connor le dedicó especialmente a las comunidades originarias que están acampando en Plaza Lavalle, frente a los Tribunales, en el marco del Tercer Malón de la Paz que protesta contra la polémica reforma constitucional de Jujuy. Justamente la coincidencia de nombres hizo que algunas banderas del reclamo estén hechas con la tipografía de la banda, y de hecho algunos de esos indígenas estaban entreverándose en el pogo de la noche preelectoral en Flores después de encontrarse con la banda antes del recital.

 

 

 

 

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"Estamos apoyando a los pueblos originarios, que hoy están aquí, presentes, luchando por sus derechos. Siempre vamos a estar a su lado", dijo O'Connor. Fue la única ocasión en la que el cantante dijo algo más que sus ya reconocidos "muchísimasssgraciass" con tenor gutural. En el resto de la faena el grupo se dedicó únicamente a refrendar un repertorio que lo coloca como el proyecto más encumbrado del thrash metal en Argentina. 

Así pasaron también otros clásicos como "Cancha de lodo", "Grito de Pilagá", "30.000 plegarias" o "Malón mestizo", todas ocasiones para seguir disfrutando de la estridente guitarra del Tano Romano y la sólida base compuesto por el bajista Karlos Cuadrado y el baterista Javier Rubio.

Sobre el final, una saga de temas picantes y violentos para encender los últimos pozos de la velada, como "Castigador por herencia" o "Síntoma de la infección". Y el cierre a la carga de "Hipotecado", cuando el reloj todavía no había marcado las dos horas de show pero ya había que concluir todo para dar lugar a las restricciones preelectorales. Luego de ello, noche de reflexión en la víspera de una jornada inimaginada para los argentinos. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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