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La peatonal reinaugurada por Mayra Mendoza, para la que destinó unos 650 millones de pesos a pesar de encontrarse en buen estado, se inundó a la primera lluvia. A días de estrenada, la calle se había convirtido en un enorme bache.
Se trata de la peatonal Rivadavia, que comprende un total de seis cuadras: nace en la plaza de la estación Hipólito Yrigoyen y llega hasta la plaza Sarmiento, donde se encuentra la catedral y el viejo palacio municipal, hoy convertido en Casa de la Cultura. El paseo comercial, uno de los más destacado de Quilmes, había sido hecho a nuevo por Francisco “Barba” Gutiérrez y luego modificado por su sucesor Martiniano Molina.
Mayra Mendoza se embarcó en una costosísima obra de más de 650 millones de pesos para hacerla nueva, pero a los pocos días se ahueco. Las obras que generaron enormes inconvenientes para los comerciantes, fue cuestionada por innecesaria: la avenida se encontraba en buen estado y las tareas de remodelamiento afectaron las ventas de los ya golpeados comerciantes de la zona.
Como si fuera poco, en los últimos días, unas pocas gotas de lluvia hicieron que la misma colapsara. La enorme inversión pareciera que no alcanzó para los desagües, convirtiendo el paseo en una llamativa laguna.
Aunque, como reza la frase, siempre que llovió paró, en esta ocasión el agua se estancó y no se mueve de la peatonal impulsada por Mayra Mendoza, produciendo un enorme malestar entre los vecinos y, sobre todo, los comerciantes.
A ello se suma una nueva preocupación entre los quilmeños: la lluvia también produjo efectos adversos en la Ciudad de los Deportes, ubicada en la localidad de Francisco Solano e inaugurada hace menos de un mes, donde tanto los juegos como los espacios de esparcimiento quedaron sumergidos en una improvisada laguna. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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