
Interior
Universidades nacionales sufrieron importantes colapsos durante la lluviosa jornada del día de ayer. Buenos Aires, La Matanza y La Plata fueron algunas de ellas, aunque, en tiempos donde está en discusión la educación pública, la decisión unánime fue no suspender las clases.
Varias universidades emplazadas a lo largo y ancho del conurbano bonaerense y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fueron víctimas de un combo imbatible, que conjugó el abandono edilicio y un profuso churrasco que se extendió durante buena parte del día.
En el caso de la Universidad de La Matanza (UNLaM), el desprendimiento de gran parte del techo de una de sus aulas generó fuerte preocupación. A pocos metros de allí, mientras la sala se inundaba por una fuerte caída de agua, alumnos recibían clases entre ruidos de tormenta, goteras y mucha humedad.
Lo mismo se replicó en la facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), donde profesores y estudiantes debieron llevar adelante sus clases con pedazos de mampostería caídos y una catarata de agua. Según el comunicado oficial publicado horas después, el sistema de desagüe pluvial se habría visto desbordado provocando graves filtraciones.
Desde la unidad académica de Exactas sostuvieron: “Es evidente que las obras realizadas recientemente en arreglos del techo que une el ala del edificio sobre calle 50 no han sido suficientes para soportar lluvias como las del día de hoy. Reanudaremos el esfuerzo para solucionar esta problemática estructural del edificio y de larga data”.
Finalmente, uno de los pasillos del subsuelo de la facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) quedó transformado casi en un acueducto, dejando a estudiantes y docentes presos del agua. Los mismos tuvieron que autoevacuarse para evitar lo que podría haber sido una tragedia mayor. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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