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Río Negro
Weretilneck y Carreras gastaron millones en una clínica denunciada por serias irregularidades
El escándalo estalló en la localidad de Bariloche, donde el instituto INTECNUS habría atendido numerosos pacientes con cáncer a través de profesionales no habilitados para tal fin. Llamativa respuesta del gobierno provincial, cercano al kirchnerismo.
La denuncia se remonta al 2018, cuando el jefe del servicio de Física de la Radioterapia de INTECNUS, una reconocida institución médica radicada en Bariloche, dedicada al tratamiento de pacientes con cáncer, comenzó a advertir irregularidades en la documentación de los profesionales que trabajaban en el organismo.
Luego de confirmar sus sospechas, Darío Sanz llevó adelante una reunión con las autoridades de INTECNUS, para dar a conocer la preocupante situación. En efecto, Sanz había descubierto que al menos dos profesionales de las que trataban a pacientes con cáncer, Romina Ventimiglia y Lucía Bertossi, no contaban con la habilitación obligatoria.
A pesar de la gravedad de lo encontrado, las autoridades decidieron no hacer nada al respecto, y mantener en actividad a las irregulares profesionales. Al respecto, surgieron dudas sobre el rol del responsable del departamento de Finanzas de INTECNUS, Daniel Yanzón, quien, casualmente, es el suegro de la propia Bertossi.
El intríngulis entre la institución y el gobierno de Río Negro comenzaba a mostrar su peor cara. Hasta el momento, tanto la gestión del ex gobernador Alberto Weretilneck como la de su sucesora, Arabela Carreras, ambos cercanos a Cristina Fernández de Kirchner, habían destinado grandes sumas de dinero que fueron a parar a las arcas de INTECNUS.
Ante el mutis por el foro de las autoridades de INTECNUS, Sanz llevó su denuncia al despacho de Fabián Zgaib, ministro de Salud de Río Negro, y a la Justicia provincial. Días después, desde INTECNUS le comunicaron que quedaba separado de su cargo. El esfuerzo por corregir la situación y salvaguardar la integridad de los pacientes le había salido demasiado caro.
De acuerdo al relato del propio Sanz, las autoridades de INTECNUS, luego de despedirlo, llevaron adelante una violenta campaña de desprestigio en su contra que sólo pudo frenar la Justicia. En efecto, INTECNUS no logró comprobar ninguno de los hechos que le atribuye a Sanz.
El instituto exigió judicialmente que Sanz dejara de informar sobre las irregularidades que ocurren con INTECNUS en Bariloche, pero la propia Justicia respondió que “no se ha logrado acreditar que la conducta del señor Sanz sea antijurídica ni que haya producido daño alguno”.
El proceso terminó demostrando la veracidad de las denuncias de Sanz, por lo que la Autoridad Regulatoria Nuclear sancionó a las profesionales y el ministerio de Salud de Río Negro no tuvo otra opción que inhabilitar a la directora médica. Sin embargo, las profesionales Romina Ventimiglia y Lucía Bertossi continúan trabajando en INTECNUS y atendiendo profesionales con cáncer, como si nada hubiera ocurrido. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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