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El sonido de la libertad: “La película está forzando una conversación que no quieren tener”
Alejandro Monteverde, director, y Tim Ballard, la persona real en la que se inspira la historia, hablaron de la película más debatida del momento.
El 4 de julio pasado llegó a los cines de Estados Unidos una película que desde entonces no ha parado de generar polémica: El sonido de la libertad. Cuando parecía que no íbamos a tener un estreno en Argentina o que, tal vez, habría que conformarse con que llegue a través de alguna plataforma de streaming, se confirmó que el próximo jueves 31 de agosto podremos verla en la pantalla grande.
El sonido de la libertad es una película inspirada en hechos reales que pone el foco en la trata de menores y su explotación sexual. La historia está protagonizada por Jim Caviezel, quien se pone en la piel de Tim Ballard, un ex agente de la CIA que deja atrás su trabajo en el gobierno para comenzar a rescatar niños de víctimas de las redes de pedofilia. Hasta que se cruza con un pequeño que le pide por favor que encuentre a su hermana, también secuestrada por pedófilos.
Jim Caviezel fue el actor elegido por la productora para darle vida a Tim Ballard, que antes del estreno pasó por Argentina y conversó con nosotros, haciendo énfasis en el intento de boicot que hubo: "No quieren tener una conversación sobre estas cosas". De la entrevista también formó parte el director, Alejandro Monteverde, quien aseguró que para él "lo más importante era exponer la temática, el problema, crear un diálogo social sobre la trata infantil".
RP.- Hay mucha polémica detrás de la película y mucha gente que dice, "esta es la película que no quieren que veas". ¿Por qué cree que pasa esto?
Alejandro Monteverde: Para mí también fue sorpresivo, nunca entendí. Yo creo que es el resultado de etiquetas erróneas. Hay una tendencia a querer etiquetar todo desde la perspectiva política. Es una película que explora una temática importante que no le pertenece a ningún grupo político y yo creo que todo empezó cuando la película salió luego la quisieron etiquetar con un grupo político. Lo interesante es que esas etiquetas fueron poco a poco destruidas gracias a la audiencia.
Yo he sido víctima de otras películas que he hecho donde no sobrevives la etiqueta y la audiencia fue la que empezó a romper esas etiquetas. Muchos medios empezaron a atacar la película, muchos sin haberla visto, entonces eso también creó polémica, porque se reveló un desconecte entre los medios y la audiencia, entre los críticos y la audiencia. Pero como dices a lo mejor eso fue la gasolina.
Tim Ballard: Es difícil entender por qué, porque es una historia que está basada en hechos reales. El problema creo que más que nada es algo en los Estados Unidos ahora, con la política. Hay muchas cosas... mucha política alrededor los niños y hay muchas conversaciones que personas en Estados Unidos no quieren tener, como la sexualización de niños, por ejemplo, a través de lo que llaman educación sexual o en cuanto de los 85.000 niños que llegaron sin padres a solas a la frontera con México y fueron llegando y distribuidos por el mismo gobierno estadounidense sin hacer investigaciones en contra de las personas venían buscando.
También hay un movimiento en los Estados Unidos para cambiar el nombre pedófilo a algo más "normal" como "personas atraídas a menores"... es loco, entonces esta película va forzando una conversación que ellos no quieren tener y por eso creo que están intentando cosas. Están mintiendo sobre la película, diciendo que es muy política. No. Es una historia, están combatiendo contra de una historia que es verdadera.
RP.- Tim, ¿pudo ver la película? ¿Le revuelve algo?
T.B.: No puedo ver la película. Yo espero afuera y entró después para hablar porque sí, lo que pasa es que filmaron en muchos lugares donde la acción ocurrió. Por ejemplo, en la escena con el niño con el collar y la camioneta en la frontera, ellos lo filmaron exactamente en el mismo lugar. Todo lo que ocurrió en Colombia es muy realístico, para mí es mucha emoción, es difícil mirarla.
RP.- ¿Cuánto hay de realidad en esta producción?
A.M.: Cuando escribes tienes que tomarte licencias creativas... y lo chistoso que también nos atacaron por ahí... todas las biopics dramatizan elementos para poder exponer una verdad, pero no deja de ser de cierta forma teatro. Hubo hay como una negociación. Yo creo que un 75 por ciento es exactamente como pasó y me dejó un 25 por ciento de juegos, de poder, pues estirar un poco la realidad y dramatizar elementos. Si fuera por mí, al final de cuentas, como cineasta quiero hacer una película. Yo al principio estaba escribiendo una ficción, antes de conocer a Tim. Mi llamado fue hacer una película para crear un diálogo social a nivel internacional
RP.- ¿Qué conversó con Jim Caviezel para ayudarlo en su interpretación?
T.B.: Bueno, él vino a visitar a mi familia por una semana y se quedó con nosotros. Fue a trabajar conmigo. Hablamos mucho de cómo hacemos operaciones y hemos llegado a ser muy amigos, hermanos. Yo sabía desde el principio que esto para él fue más que una película. Es un movimiento, una causa y él está muy preocupado por eso y quiere ser parte de la solución.
RP.- ¿Se esperaban el impacto que tuvo?
A.M.: Es una película independiente, sin el presupuesto de mercadotecnia para poder competir contra estas franquicias enormes. El haber sobrepasado en taquilla a Misión Imposible y a Indiana Jones fue espectacular también. Me convertí de cierta forma en un espectador. Al principio tomé distancia porque la política divide y dije, "yo no quiero ser parte de nada que tenga que ver con la política". Pero después me di cuenta de que era necesario que saliera, soy el autor. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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