Judiciales
Una insólita proscripción vuelve a encender la tensión entre el Pro y Defensores de Belgrano
El comité de seguridad del fútbol porteño exhortó al club de Núñez a que impida el acceso a habitantes de La Matanza de cara a su choque contra Almirante Brown, aunque algunos creen que hay otro trasfondo.
El próximo lunes se jugará acaso uno de los partidos más vibrantes del año en la Primera Nacional, segunda categoría del fútbol argentino. Es que a las 21.30 horas Defensores de Belgrano recibirá en el estadio Juan Pasquale a Almirante Brown, lo cual significará la visita del puntero de la Zona A a la cancha del elenco que al momento se ubica en la tercera posición.
Un duelo clave a falta de cinco fechas para el cierre de la primera etapa. Una vez terminada esta tanda, los ganadores de cada zona (la A tiene 19 equipos, mientras que la B 18) se enfrentarán para definir el campeón del año y el primer ascendido a la Primera División, mientras que el otro cupo se definirá en un reducido en el que participarán del segundo al noveno colocado en cada manga.
Pero pese a transitar ya el tramo final de un torneo largo y extenso, la noticia corrió su foco del juego para ubicarse en el terreno de las tensiones políticas debido a una insólita restricción impuesta por el Comité de Seguridad en el Fútbol de la Subsecretaría de Seguridad Ciudadana perteneciente al Ministerio de Justicia y Sociedad del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
La misiva lleva la firma del director ejecutivo de este cuerpo, Guillermo Patricio Madero, y según hizo trascender Defensores de Belgrano en sus redes sociales, la misma exige que el club situado en el barrio de Núñez "deberá arbitrar medios a su alcance a fin de evitar el ingreso a eventos de personas identificadas con la parcialidad visitante".
Hasta aquí, todo normal: en las categorías del fútbol de ascenso está prohibido el público visitante desde mediados de 2006, cuando una gresca entre hinchas de Tigre y de Nueva Chicago a la altura de la General Paz acabó con la muerte de un simpatizante del primero. Además, es sabido que existe históricamente una afinidad entre la hinchada del Defe y una de las facciones en la que está dividida la del Brown.
El tema es que Guillermo Madero, en representación del gobierno porteño encabezado por Horacio Rodríguez Larreta, le señala a Defensores que "deberá requerir el DNI de los compradores de entradas, teniendo en cuenta que las personas domiciliadas en el municipio de La Matanza podrían ser seguidores del club Almirante Brown".
Además, Madero determina que "sólo se autorizará el ingreso al evento a aquellas personas que presenten DNI junto a entrada o carnet de socio". En el ascenso es poco común que se solicite documento a la hora de acceder a un partido, principalmente porque los efectivos policiales contratados para el operativo de seguridad no son especialmente adeptos a hacerse cargo de más funciones de las que por costumbre le corresponden.
Con todo, la medida llamó la atención y hasta causó gracia no sólo en los hinchas de Defensores y de Almirante, sino también en todos los futboleros en general: La Matanza tiene alrededor de dos millones de habitantes y Almirante Brown es tan solo uno de los clubes entre otros tantos que están instalados en el más populoso de los distritos de toda la provincia de Buenos Aires.
¿Qué pasaría, por ejemplo, si un hincha de Defensores tiene en su DNI un domicilio en la Matanza? ¿El club debe entonces impedirle el acceso al partido del lunes porque así se lo pide el gobierno porteño?
Para otros, sin embargo, el trasfondo de esta medida va más allá del mero cumplimiento de la ley 5847 para eventos futbolísticos de la ciudad de Buenos Aires. Es conocida la tensión entre los sucesivos gobiernos del PRO con Defensores.
El club está históricamente referenciado con el peronismo, aunque más allá de eso hay otros episodios que vuelven irreversible la relación. El primero de ellos es que el propio Mauricio Macri había elegido como primer coordinador de la Policía Metropolitana a Carlos Kevorkian, jefe del operativo que acabó con la brutal muerte del joven hincha Fernando Blanco tras un partido en el que Defensores descendió a la B Metropolitana tras perder por penales ante Chacarita en la cancha de Huracán.
Más cerca en el tiempo, hinchas colgaron en un partido una pequeña bandera de solidaridad con Cristina Kirchner luego del fallido atentado y la Policía que responde al derrotado precandidato presidencial actúo con violencia para decomisarla.
Como si fuera poco, Defe tiene su club en Avenida del Libertador y Comodoro Rivadavia, una zona de altísima valoración por metro cuadrado que hace a las delicias de los negocios inmobiliarios que el macrismo-larretismo viene empujando en los barrios más cotizados, tal como sucedió en Núñez con el polémico traslado del Tiro Federal y la suerte que siempre está al borde de correr el Cenard. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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