
Municipales
Con la derrota en la provincia del Chaco, el peronismo sumó la sexta derrota en las elecciones provinciales de este año. Su mapa territorial se achica sin cesar, mientras que JxC –o tal vez sea mejor decir la UCR- se expande de manera inédita.
El fin de una época resulta indisimulable. Durante 2023 fueron derrotados Jorge Capitanich (Chaco), Omar Perotti (Santa Fe), Alberto Rodríguez Saá (San Luis), Mariano Arcioni (Chubut), Alicia Kirchner (Santa Cruz) y Sergio Uñac (San Juan). En primera vuelta y sin atenuantes.
La histórica derrota de Jorge Capitanich en Chaco no es una singularidad, sino más bien una tendencia que se profundizó este año, en medio de una crisis económica crónica que el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, lejos de resolver, agravó. Es la sexta provincia que el peronismo pierde y que proyecta una sombra de incertidumbre para las generales del 22 de octubre, cuando se deberá elegir presidente de la Nación.
Si a esto se suma la provincia de Neuquén, donde la fractura del MPN permitió la victoria de la fracción asociada a JxC, el resultado es desolador. De diecisiete provincias que ya votaron gobernador, en sólo cinco consiguió reelegir el PJ. Aún queda por definir otras cinco, mientras que otras dos recién renovarán en 2025.
La contrapartida de esta declinación es el marcado ascenso de la UCR, que invita a pensar qué hubiera sucedido si el centenario partido se hubiera animado a confrontar por la candidatura presidencial de JxC. También llama la atención que esa ola radical quede restringida a los distritos provinciales, que demuestran un comportamiento electoral muy diferente a la hora de votar autoridades nacionales.
Tal vez se deba a la pésima candidata de la coalición, Patricia Bullrich, que no para de decaer y de autodestruir su propia imagen. Tal vez la ciudadanía de las provincias en las que se impuso considere a la UCR como una buena administradora a nivel distrital –provincial o municipal- pero de dudosa capacidad para administrar a la Argentina.
El comportamiento de sus principales referentes tiene también un alto grado de responsabilidad. No aparece ninguna figura que demuestre capacidad de liderazgo nacional ni tampoco hacen esfuerzo alguno por manifestar esa pretensión.
Con los resultados provinciales registrados hasta ahora, el próximo presidente -más allá de quien sea en definitiva el elegido- tendrá que tener mucha muñeca política para poder administrar el futuro de los argentinos. Con Diputados dividido en tercios y con un Senado que, por primera vez desde la vuelta de la democracia, no tendrá mayoría peronista, hará falta mucho tacto y capacidad de negociación para encaminar la nave. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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