¿De qué “casta” habla La Libertad Avanza?

La Real Academia Española (RAE), versión 2001, define el término “casta” del siguiente modo: “Ascendencia o linaje. Se usa también referido a los irracionales. En otras sociedades, grupo que forma una clase especial y tiende a permanecer separado de los demás por su raza, religión, etcétera”.

Tanto Javier Milei, y más aún, Victoria Villarruel, son parte de castas. El primero de una que pertenece al realismo mágico, que cree que ha sido ungido por los cielos para salvar un país. Y ella, nada menos que de la casta militar.

En Argentina, se tiende a hablar de la familia militar hasta la actualidad, que no es otra cosa que una entidad corporativa, donde todos son empáticos con el otro (dependiendo las circunstancias), son solidarios entre sus miembros, pero nada puede salir de allí.

Villarruel, como la definieron, es la hija obediente de los genocidas, que fueron la casta más influyente hasta el retorno a democracia, de la vida política del país.

Nieta, e hija de militares, no tiene otro mérito que la defensa de aquellos que cometieron delitos de lesa humanidad, defensora acérrima de una casta que le causó el peor de los daños al país.

Esa casta que derrocó gobiernos democráticos a lo largo de dos tercios del siglo XX, la misma que aniquiló orgullosamente a los grupos armados de los ’70, si bien ella pide por los derechos de las víctimas de los grupos armados sin tener presente que muchos de sus miembros fueron ajusticiados por el proceso militar.

La necesidad de justicia de esas víctimas es legítima, pero ella nunca consiguió nada, desviándose siempre por el camino de la defensa de los militares detenidos, según ella “presos políticos”

De allí sus diferencias con Cecilia Pando, expresa militante por los derechos de los genocidas, que la acusa de haberse hecho de dinero para defenderlos, se supone 5 millones de pesos en 2008, y haberse quedado trabajando solo para las víctimas de ERP y Montoneros.

En una incoherencia más del espacio que comparten. Javier Milei apunta a la desaparición del estado al definirse anarcocapitalista y ha declarado que el país bien podría vivir sin fuerzas armadas, las cuales son una parte constitutiva del estado que desaparecería a futuro.

Para las nuevas generaciones, acostumbradas a la inmediatez, a la velocidad de un juego de Play, es difícil comprender qué está en juego en estas elecciones. Porque si bien es comprensible el deseo de estabilidad, seguridad y orden público, no es por la incoherencia verbal (único dato de la realidad de esta fórmula, ya que nunca han gestionado nada) que se puede llegar a cumplir ese deseo.

Milei proviene de una familia de clase media, su padre era dueño de colectivos y su madre ama de casa. Tiene una única hermana, Karina, a quien le lleva dos años y con la que es muy unido. Según él mismo ha contado en varias entrevistas, tuvo una infancia llena de maltrato y violencia, quien lo hizo ser hoy quien es. Volvió a hablar con sus padres después de las elecciones PASO, gracias a la intermediación de su hermana.

Aunque vocifera contra esa casta, fue el sindicalismo más rancio y arraigado quien le organizó una cena para recaudar fondos, y le proveerá fiscales y movilidad de votantes para las elecciones de octubre. Si bien Villarruel aclaró que son solo acuerdos -porque ellos hacen acuerdos, aunque la gente crea no-, que sea con los sindicatos es al menos incoherente.

¿Cómo se conjuga en este espacio el pensamiento de Villarruel con el de Javier Milei? Los miembros de las fuerzas armadas no hablan en on, por lo que resulta muy difícil conseguir fuentes que se animen a contar lo que cuentan en off.

Algunos creen ciegamente en que ella será quien los vuelva a colocar en una situación de privilegio como tuvieron antes de la democracia, que les devuelva la calidad de casta que tuvieron a lo largo del siglo XX, soñando los mayores con aquellos años de sueldos de privilegio.

Si bien los militares fueron puestos en un segundo plano en democracia, pagándoles la mitad de su sueldo de manera no remunerativa, hoy esta situación se esta revirtiendo con lo que se llama blanqueo, que no está finalizado pero que ha comenzado a ser realidad en los recibos de haberes de los uniformados. Algunos reconocen eso como logro de esta gestión, otros como el pago de una deuda histórica que no tiene valor alguno a la hora de reivindicarlos socialmente.

Aunque no son un número significativo en el padrón electoral, hay un grupo castrense menor que cree que este espacio les dará una oportunidad por los 70, son los de más años, y confían en que Victoria se fagocite a Milei una vez electo. Porque no creen en su discurso, pero sí en el de ella.

Y si bien Victoria no dice nada sobre los derechos argentinos sobre Malvinas, los militares que la votan dejan eso para un segundo plano. Escuchando a Diana Mondino callados, dejando caer la mística de la guerra que sostienen hace cuarentaiún años.

Estos voceros de la libertad y la defensa de la propiedad privada, ambos, tienen denuncias en la Justicia por robo de propiedad intelectual y hasta de un partido político.

Javier Milei ha sido denunciado por plagio en su ultimo libro, publicado en 2020 “Pandemonics”. Una investigación encontró que el referente liberal copió textualmente párrafos de autores mexicanos y de la Escuela Austríaca de Economía. Uno de los escritores lo denunció y dijo que "lo sorprendente es que ni siquiera hizo el intento de parafrasear el texto". Pese a que fue alertado de que esto saldría a la luz, Milei "mantuvo silencio", según el portal BAE Negocios.

El autor mexicano Salvador Galindo Uribarri, presentó una denuncia contra Milei por plagiar “Las matemáticas de las epidemias: caso México 2009 y otros”, un artículo publicado en 2013 en la revista “Ciencia ergo sum”

A Victoria Villarruel la acusa la propia Cecilia Pando de haber visitado a presos políticos, unos de ellos el capitán de navío Alberto González, que le compartió el manuscrito del libro que estaba escribiendo en prisión, y Victoria editó y publicó como propio.

El Partido Demócrata denunció tanto a ella como a su pareja de los delitos de falsificación de firma, de documentos públicos y estafa procesal, por la presunta apropiación por parte de la candidata a vice de LLA del partido Demócrata de la provincia de Buenos Aires.

Estos hechos ocurrieron en julio de 2022, y la cúpula del partido renunció en pleno y sacó un comunicado acusándola de usar las mismas prácticas que la casta. El objetivo fue incorporar el Partido Demócrata a La libertad Avanza. En la denuncia también esta imputado Guillermo Montenegro, secretario de Villarruel en diputados, actual pareja y candidato a diputado en la provincia de Buenos Aires.

La causa fue presentada el 3 de agosto en el Juzgado Federal Nro. 1 de La Plata, por la doctora Liliana Adamo, y lleva de número de expediente Nro. 3001006/1990.

Las declaraciones del titular de este espacio y candidato a presidente siempre van en tono con la desaparición de la educación pública, la salud pública, y todo lo que tenga que ver con el estado. Sus ataques de ira incontrolable están en todas las redes, en fragmentos de programas donde ha participado. Ahora controla listas de invitados a esos programas, dejando ver su poca capacidad de ejercicio democrático.

Se cumplen cuarenta años de democracia este 2023, una democracia que encontró al país en 1983 saliendo de una guerra innecesaria y dolorosa, con números económicos desastrosos, pintando paredes con cal en las campañas, y aunque todo recuerdan la horrible escena del cajón de Herminio Iglesias, ningún candidato insultaba, injuriaba ni agraviaba a sus adversarios políticos como lo hace hoy Javier Milei. Su incontinencia verbal violenta es lo que lo caracteriza.

Estos nuevos “jóvenes idealistas” que siguen a la dupla de la derecha argentina, destratan a sus mayores o pares que piensan diferentes, imitan el discurso violento en redes, viven conectados las horas que están despiertos al celular, pero no googlean la historia reciente, los nombres que componen el grupo de asesores de Javier Milei, todos pertenecientes a esa casta que tanto combaten.

Si bien el argentino vota con el bolsillo, este año hay mucho más en juego que la inflación que destroza las economías familiares, regionales y al país entero. Están en juego la democracia y las instituciones que la componen.

La democracia nunca fue un sistema perfecto, sí perfectible, y no cabe duda que sus instituciones necesitan un recambio. Pero no olvidemos que los hombres y mujeres que componen esas instituciones salen de esta sociedad. No es con gritos y locura que se logra, es mejorando como sociedad, para mejorar los componentes humanos institucionales.

Con Javier Milei y Villarruel estamos ante el nacimiento de una nueva casta, que vivirá también del estado, porque después de todo, los reyes magos son los padres.

(*) Alicia Panero es docente e investigadora.

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