
Interior
En orden, sin mayores estridencias que las protagonizadas por algunos candidatos de La Libertad Avanza, el acto electoral tuvo lugar, en medio de expectativas y operaciones cruzadas de las que nunca faltan en estas instancias.
Los dos momentos de desorden más significativos los protagonizaron Javier Milei y su candidata a diputada, Lilia Lemoine. El primero concurrió acompañado de buena cantidad de sus seguidores, provocando algunos desórdenes callejeros y al momento de la entrada al lugar de votación, pero no pasó de eso.
Lemoine, por su parte, salió del cuarto oscuro exhibiendo la boleta partidaria, lo cual motivó controversias respecto de si se trataba de un “voto cantado” y si debía ser anulado. Otra vez aparecieron las amenazas de sus acompañantes y el escándalo habitual que acompaña al espacio. Finalmente, todo quedó en el labrado de un acta. Lemoine será diputada nacional. Empezó violando las normas.
Los porcentajes de votación no habían superado por mucho, hasta el cierre del comicio, las cifras de las PASO. Más allá de las puestas en escena de los candidatos referidos, había tranquilidad y hasta resignación en la mayoría de los votantes. Sólo la divulgación de bocas de urna cruzados, atribuidos a encuestadoras e inmediatamente desmentidos por estas, generaron algún debate en las redes.
Llegó la hora de la ansiedad. Por un rato. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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