Bullrich anunció su apoyo a la candidatura de Javier Milei

La decisión de la candidata se tomó en el marco de las frenéticas 48 horas posteriores a los comisiones, plagadas de operaciones cruzadas entre las principales fuerzas políticas del país. Juntos por el Cambio fue el centro de la mayoría de ellas, profundizando un cortocircuito que viene de lejos y que fue una de las claves principales de su fracaso electoral.

La noche de los comicios fue clave, ya que los radicales se negaron a subir al escenario ante los condicionamientos que les pretendía imponer Mauricio Macri, quien incluso le negó el ejercicio de la palabra al presidente de la UCR, Gerardo Morales. A partir de allí todo fue un juego de acusaciones cruzadas y de declaraciones de segundas líneas exigiendo el apoyo a uno u otro candidato: desde el radicalismo, a Sergio Massa; el macrismo, a Javier Milei; y el larretismo explicitando que el libertario era su límite.

La cuestión de fondo es que ninguna de las fuerzas que integran Juntos por el Cambio quiere seguir allí, pero nadie quiere pagar el costo de asumir la decisión. El ex presidente le había prometido a Milei el respaldo del Pro, ante las súplicas del libertario y su oferta del ministerio de Seguridad a Bullrich y de dejarle armar a Mauricio buena parte de su gabinete en caso de llegar a la presidencia.

En su desesperación, Milei hasta le ofreció participar en el mega ministerio de Capital Humano a Myriam Bregman. Patricia no aceptó; la izquierda le respondió en tono satírico; y Mauricio no consiguió ni el apoyo interno de todo el Pro ni los 15 millones de dólares que se comprometió a aportar para el tramo final de la campaña.

La manera de tirar la pelota afuera y evitar asumir la responsabilidad de la ruptura consistió en “dejar en libertad de acción” a los votantes, como si estos necesitaran esa autorización. Primero fue la Coalición Cívica la que expresó esta postura. Después, varios referentes del radicalismo. Pero cuando Javier Iguacel y Waldo Wolff anunciaron por su cuenta su apoyo a Milei, la línea dura del Pro se vio urgida a tomar una decisión. Entonces se suspendió sin fecha la reunión de cúpula del partido, y Mauricio y Patricia tuvieron una conversación telefónica inicial que luego continuó en una visita de la ex candidata al domicilio de Macri.

La visita de Patricia confirmó su reconocimiento de la jefatura de Mauricio Macri, pese a todas las trapisonadas que cometió en su contra. Allí se decidió que la renovada Carolina Serrano se hiciera cargo de pagar el costo de la ruptura de Juntos por el Cambio en la mañana de un miércoles en el que deberá reunirse la cúpula de la UCR y también, en ámbito propio, los gobernadores de Juntos por el Cambio, en su mayoría radicales.

Se preveía que, en ambos cónclaves, se optara por declarar la libertad de acción de los votantes. Lo que no estaba en carpeta era que saliera “Lilita” Carrió, una de las fundadoras de Juntos por el Cambio, a cruzar al ex presidente, afirmando que “el peronismo ya ganó”. Lo mismo había hecho, pero con menos repercusión, el otro fundador de la coalición, Ernesto Sanz, quien advirtió que en caso de que alguna de las fuerzas que la integran anunciara su posicionamiento en favor de un candidato la alianza saltaría por los aires.

Con el paso de las horas, la bruma tiende a desaparecer. Patricia siguió desempeñando su papel de instrumento de Mauricio y será la responsable de la ruptura, mientras que la Corte Suprema -que siempre juega sobre seguro-, a través de su presidente, Rosatti, sostiene que la Argentina necesita un gobierno de unidad, y Marcelo Bonelli, integrante del victorioso Grupo Clarín en la puja por el 5G, ironiza sobre los resultados en La Plata. (www.REALPOLITIK.com.ar) 

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