La estrategia de relojería de Mauricio Macri va cumpliéndose con precisión

No era ese un inconveniente para el ex presidente, quien desde hace mucho tiempo venía avalando, con su juego de ambigüedades, a su verdadero candidato: Javier Milei. No era secreto para nadie su desprecio hacia el radicalismo, ni su determinación de destruir al alcalde porteño por haberse animado a disputar su liderazgo dentro del Pro. Sólo era cuestión de tiempo y de mover las piezas adecuadas en el momento justo.

En los días previos a la elección general, se hicieron públicas las escuchas realizadas sobre las líneas de Carlos Melconian, quien se había convertido en el andamio que había conseguido mantener a flote las chances de una Patricia Bullrich, siempre contradictoria y diletante, sobre todo en temas económicos. Las incalificables prácticas del economista jefe de la fundación Mediterránea lo sacaron de la escena, a punto tal que este viernes la fundación dio a conocer la cesación del vínculo que los unía. Pero esa oportuna zancadilla resultaba indispensable para liquidar las chances de la candidata de JxC. Por esta razón todas las miradas se dirigieron hacia Mauricio Macri: las escuchas se habían realizado durante la gestión de Melconian en el gobierno de Cambiemos. Y todos conocemos la pasión del ex presidente por controlar los secretos de propios y ajenos.

Una vez corrida Patricia Bullrich del balotaje, Mauricio la sometió a un nuevo escarnio: la hizo exponerse en escena, un día después de la derrota, para proponer un acuerdo con el mismo Javier Milei con el que hasta la víspera venían masacrándose en la disputa electoral. Claro está que la voluntad popular le dio a Macri una ventaja adicional: el libertario había quedado de rodillas, suplicante, ante una impensada victoria de Sergio Massa.

Una vez realizado el trabajo sucio, Macri corrió de la escena a Bullrich, y se dedicó a imponerle condiciones al libertario, que incluyeron la resignación de todo su programa original –dolarización, eliminación del Banco Central, venta de niños y de órganos y confrontación con el Vaticano incluidos-, y la comunicación de que su eventual gobierno sería intervenido, ya que todos los ministerios serían designados por el propio Mauricio. Un Milei shockeado e inconsistente deambuló por algunos medios tratando de afirmar que sus propuestas seguían en pie, coronando su declinación con un video que lo muestra en pésimas condiciones y desprovisto de su energía característica. Sus principales voceros -Ramiro Marra, Carlos Rodríguez, Diana Mondino, Alberto y “Bernie” Benegas Lynch, y Lila Lemoine- fueron silenciados. Y hasta Fátima Flórez terminó su puesta en escena y comenzó a filtrar intimidades de una relación que nunca fue íntima, como tampoco parece haberlo sido en los casos previos de la cantante Daniela ni de Lemoine. ¿Y Karina Milei? Sin su hermano como referencia, su destino será retornar a las ciencias ocultas, concluidos sus cinco minutos de fama.

La sorpresiva decisión de Bullrich de reconciliarse con Milei fue adjudicada a la amenaza de un “carpetazo”, a partir de nuevas escuchas que colocarían a la candidata de JxC en comprometidísima situación durante el caso de Santiago Maldonado. En su entorno no convalidan la especie, pero tampoco la desmienten.

De todos modos, quedaban ciertas rispideces internas atribuibles tanto a esa hipótesis como a la difusión de las escuchas de Melconian. Súbitamente, un nuevo culebrón fue puesto en escena. Los protagonistas fueron Laura Vázquez y el ex candidato a senador de Milei, Juan Nápoli, uno de los responsables de la corrida financiera previa a las PASO. Tras la denuncia de amenazas de muerte y “desfiguración” que Vázquez reveló a través de los medios, y la avalancha de acusaciones sobre la infidelidad y las promesas de un futuro compartido que el banquero le habría formulado, respondidas de una manera escasamente inteligente por Nápoli, la denunciante deslizó una revelación explosiva: el candidato a senador de Milei habría sido el responsable de la filtración de los audios que sacaron a la luz las tropelías de Carlos Melconian. De un plumazo, Macri quedaba relevado de culpa y cargo de toda responsabilidad en la operación que terminó de desetabilizar la candidatura de Patricia.

Hasta ahora, la estrategia de Mauricio Macri parece marchar sobre ruedas. El gran interrogante es si le alcanzará para lograr su objetivo de ejercer un gobierno desde las sombras, detrás de la careta de Javier Milei. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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