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El alto costo que el Narigón debió pagar para que el Diez finalmente e convirtiera en el ídolo canónico de nuestro fútbol.
Dentro de extensa biografía de Diego Maradona cabe un hecho interesante que se resalta poco: cuando Carlos Bilardo lo inventa como cacique de la Selección. Un hecho interesante pero muy rara vez valorado.
Todo surge con una historia que sí es famosa: el viaje que Bilardo hace a Barcelona, donde entonces Diego jugaba aunque con muchas dificultades, para darle la capitanía del seleccionado. Una decisión por cierto muy polémica en ese entonces, ya que la cinta estaba en poder de Daniel Passarella y nadie se animaba a discutirlo.
Maradona acepta el desafío pero tarda dos años en debutar en "El equipo del narigón". Durante todo ese lapso, Diego sufre lesiones, enfermedades, cuestionamientos y encima pasa al Napoli. A pesar de todo ello, Bilardo lo banca y no modifica su postura. El entrenador estaba convencido como nadie y más que todos que el Diez podía convertirse en el caudillo que él necesitaba para un equipo que buscaba dejar atrás la identidad mas propia de Menotti pero, de momento, sin demasiado resultado desde lo futbolístico.
Finalmente Diego debuta en la gestión Bilardo en mayo de 1985 con dos amistosos previos a las eliminatorias: 1-1 ante Paraguay y 2-0 a Chile, en ambas ocasiones con goles del capitán.
En una ráfaga trepidante, Diego juega los seis partidos de eliminatorias en un lapso de 34 días. Lo llamativo es que en el medio de cada uno de ellos volvía a Italia para jugar con el Napoli en un esfuerzo descomunal.
La entrega es poco valorada por el deslucido papel de la Selección en esa tanda, a pesar de que Diego viajaba todas las semanas de Nápoles a Buenos Aires, tomando primero un auto a toda velocidad desde donde jugara con su equipo hasta Roma para tomarse el avión, luego el vuelo a Ezeiza y una vez llegado, desde allí hasta el Monumental, o bien al país donde la Selección debiera jugar de visitante (podría ser Venezuela, Colombia o Perú, los rivales de aquel grupo).
En aquellas Eliminatorias, Diego convierte tres goles y da dos asistencias. Aunque, claro, el protagonismo se lo terminaría llevando Daniel Passarella gracias a esa arremetida en el último partido ante Perú que Ricardo Gareca termina transformando en el gol clasificatorio.
De todos modos, Bilardo seguía creyendo fervientemente en Maradona. A tal punto que cuando Argentina ya estaba con su boleto en mano a México, el Narigón dice en una entrevista a Canal 9 una frase que hace volar toda la calma por el aire: "Para mí, el único titular es Diego". Passarella escucha la declaración desde Firenze y vuelve a prenderse fuego todo. Claro, la lectura del Kaiser era que si Maradona es el único titular, eso significa que cualquier otro puede ser suplente. Incluso él. El Gran Capitán, quien le había dado la clasificación a su Selección al Mundial y encima la estaba rompiendo en la Fiorentina.
La revista El Gráfico tomó esta polémica y le dio palabra no solo a Carlos, Diego y Daniel, sino también al Pato Fillol. El rol de Bilardo quedó tan discutido, que el mismo entrenador tuvo que salir a aclarar: "¡Ni loco renuncio!", tal como tituló esa revista la entrevista que le había hecho al Narigón.
Para colmo, el camino de la Selección durante el primer semestre del 1986 fue bastante cuestionado. A Bilardo le salió caro poner la cara por Diego, incluso al costo de inmolarse si es que el Diez no terminaba luciéndose tal como lo auguraba el entrenador. Por suerte para todos, en junio del '86 se desataron todos los nudos y la historia terminaría dándole la razón al Doctor, sin el cual quizás Diego no hubiese tenido el espacio y las condiciones necesarias par su primer gran lucimiento internacional. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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