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Impronta personal
La obsesión de Milei por los perros y su idea de convertir al CONICET en un centro de clonación
El presidente electo Javier Milei quiere designar a un médico veterinario experto en clonación de animales al frente del CONICET, con el objetivo de generar rentabilidad en la institución. El elegido y su vida como empleado del estado.
Corría el año 2017 y Javier Milei estaba sumido en una enorme tristeza, según relata el autor Juan González en “El Loco”. Su perro Conan, con quien llegó a pasar varias navidades a solas, había muerto. Su deceso lo llevó a buscar retenerlo al menos en el cuerpo de otro mastín inglés clonándolo en Estados Unidos, un tratamiento que cuesta más de 50 mil dólares.
A partir de esta experiencia personal y desde una mirada tan subjetiva como economicista de la ciencia, Milei busca darle otro perfil al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), que a lo largo de su historia se ha caracterizado por destacadas investigaciones y avances tecnológicos.
Para la ocasión está pensando en Daniel Salamone, un médico veterinario experto en transgénesis que orientaría la energía del CONICET en búsqueda de dinero, en este caso, ahondando en la clonación de animales como fuente de ingresos, en una maniobra que podría encontrar financiamiento incluso a través de capitales internacionales. De hecho, el mismo Salamone admite estar trabajando en un acuerdo con China para clonar perros, caballos y hasta órganos de animales. Su visión de la ciencia es que la misma persiga fines concretos, que puedan ser “disfrutados” por la sociedad.
En este punto vale destacar que, lejos de la dialéctica promovida por La Libertad Avanza, Salamone vivió buena parte de su vida como empleado del estado. Primero, entre 1984 y 1992, trabajó en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Luego, en 2018 encontró financiamiento en el CONICET y, un año más tarde, ingresó como autoridad a la Universidad de Buenos Aires (UBA), desde donde continúa desempeñando tareas.
En esa línea, según se desprende de una resolución de la UBA del año 2019 a la que tuvo acceso REALPOLITIK, Salamone también contó con financiamiento para proyectos especiales por parte de la casa de altos estudios, con fondos aprobados por la resolución 1793/10. Según se desmprende del documento en cuestión, a través del mismo se le otorgaron subsidios para la realización de trabajos en el área de genética en animales.
De confirmarse la especie, el CONICET comunitario y orientado al bien público quedará para otro momento. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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