
Cultura
En una entrevista concedida a La Nación+, el diputado Ricardo López Murphy analizó la situación actual y la comparó con la que en 2001 debió afrontar como ministro de Economía de Fernando de la Rúa durante escasos días, ya que sus medidas provocaron una dura reacción popular que terminó por eyectarlo de su cargo.
El “bulldog” afirmó sin vueltas que “La corrección que nosotros planteábamos en ese momento era relativamente pequeña”, y que el ajuste que planteó en 2001 cuando fue ministro era “menor al de Milei”. En la evaluación de López Murphy, “la situación ahora es infinitamente más grave que la del 2001, la más peligrosa que hemos tenido. Nunca vi una crisis tan grande”. Y aseguró que “es producto de una herencia catastrófica que no le fue explicada a la población de forma decente y aplicada”.
Si bien en algunos tramos del reportaje se le escapó el término “ajuste” para lo que prefiere definir como “consolidación fiscal”, justificó la dureza de las drásticas medidas que, según trascendieron, pretende aplicar Javier Milei, ya que “el país está en una situación terminal”.
“Lo que hay que hacer se deriva de esta crisis. Se requiere una corrección amplia, no lo llamaría ajuste. La economía está degradándose a niveles de 2005″, marcó. Pero, más allá de cómo se lo denomine, el impacto sobre la economía y la sociedad argentina será terrible.
Muy suelto de cuerpo, el diputado aconsejó un drástico incremento de la desocupación, para bajar los salarios e incrementar la productividad. “La productividad está cayendo porque cada vez tenemos más empleo y producimos menos, porque empleamos gente informalmente o en el estado”, aseguró. Y adelantó que, como diputado, va “a juzgar las propuestas de Milei con la misma vara. Si propone las reformas ‘dramáticas’ que requiere el país, lo apoyaré”.
Las principales medidas que pretendió implementar López Murphy en 2001 fueron luna reducción de 660 millones de transferencias a las provincias; el achicamiento del estado, despidiendo a más de 40 mil trabajadores, entre la administración nacional, el poder legislativo y los organismos autónomos; un recorte del presupuesto universitario de 361 millones en 2001 y de 541 millones en 2002; una agresiva flexibilización laboral, a través de la eliminación de los estatutos especiales; una poda de 17 millones a la ANSES y de 127 millones al sistema jubilatorio; y la privatización de las empresas que estaban en manos del estado.
Tal como sucede en la actualidad, el mismo día de su asunción la bolsa subió un 8 por ciento. Pero inmediatamente reaccionaron diversos sectores productivos, laborales y sociales, y la oposición política, que alcanzó una magnitud tal que le obligó a renunciar a su cargo el 19 de febrero de 2002, apenas quince días después de haber asumido.
¿Considera López Murphy que un eventual éxito de Javier Milei en la aplicación de medidas aún más dura significa para él una especie de reivindicación? O, por el contrario, ¿se solaza indicándole el camino hacia el abismo, en el caso de que la sociedad argentina no acepte un programa de estas características?
La opción está abierta. Lo único que queda en claro es que lo que vendrá significará una dura prueba para nuestra sociedad y para la convivencia democrática. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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