
Municipales
Bastaron apenas unos pocos días de gobierno para que las expresiones de repudio a Javier Milei comenzaran a manifestarse de diversas maneras. El viernes por la noche, a la salida del recital de Fito Paez en la cancha de Estudiantes de La Plata, la multitud se retiró coreando “Milei, basura, vos sos la dictadura”.
Podría objetarse la expresión popular argumentando que el público de Fito Páez siempre fue opositor del ex libertario ahora convertido en neo-liberal. Pero… ¿Todos los seguidores del músico rosarino están en la vereda inversa del presidente argentino?
Este domingo, en un gesto de solidaridad hacia Mauricio Macri, Javier Milei fue a votar en las elecciones en Boca Juniors. Lo hizo tempranito, apenas pasadas las 10.00 de la mañana, a hurtadillas, como no debería hacerlo un presidente recién elegido por el 55 por ciento de los argentinos en el balotaje. Entró a las escondidas por uno de los rincones de la cancha, camuflado bajo una capucha y rodeado de sus custodios. Milei votó sin hacer fila, pero fue reconocido por los socios, que inmediatamente empezaron a abuchearlo y a gritarle: “El club es de los socios. Pusiste toda la casta, chorro. Afuera ajustador".
¿También en este caso puede argumentarse que los hinchas de Boca son predominantemente anti-Milei? ¿Valió la pena la concurrencia al acto electoral, que no demostró más que sumisión al ex presidente? ¿Es la manera de presentarse en público de un presidente recién asumido, camuflado, a escondidas y rodeado de custodios?
Mauricio Macri respondió inmediatamente en su cuenta de Twitter: “Qué vergüenza ver imágenes de señores que dicen ser hinchas de Boca, cuando en realidad son tremendos maleducados y no espontáneos, insultando al presidente de la república en vez de festejar que vaya a votar por el futuro de nuestro querido club. Lo que vimos, lamentablemente, es lo que viene pasando hace cuatro años con Boca. Espero por el futuro y el bien de nuestro club que hoy termine y cambie de una buena vez”.
A Macri no le pareció extraña la manera de presentarse en público de un presidente asumido una semana atrás, que en lugar de buscar la interacción con el pueblo que lo votó se esconde como roedor y evita toda clase de exposición desde entonces.
¿Se deberá esta actitud a la contradicción de sus políticas respecto de sus promesas electorales? ¿Habrá agotado la paciencia popular con sus medidas de brutal ajuste sobre todos los argentinos, beneficiando simultáneamente a los sectores más concentrados de la “casta” empresarial?
No por casualidad, las intervenciones en favor de Milei -un clásico de antes del 10 de diciembre- se desplomaron ante la realidad de su gobierno. Muchos de sus votantes salieron a pedir disculpas públicamente. Otros pretenden pasar desapercibidos. Los más decepcionados son los ingenuos que lo acompañaron desde un principio, y ahora ven quién es en realidad.
En este estado de retracción del apoyo popular, a apenas un puñado de días de ejercer el gobierno, Milei afrontará el próximo 20 de diciembre la primera movilización masiva en su contra. La organiza la izquierda, pero promete convocar a muchos más asistentes que los 50 mil que prevén sus organizadores.
¿Recurrirá a la represión del protocolo anti-constitucional que difundió su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich? ¿Le ganará adeptos esa decisión? ¿O se desentenderá del tema, escondiendo la cabeza tras un pasamontañas y el cuerpo del conjunto de los argentinos, tal como viene haciendo hasta ahora?
En realidad, nada de esto sorprende. Se advirtió en su momento. Pero nadie pensó que el desgaste fuera tan inmediato. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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