Nacionales
Tensión interna
Álvarez Rodríguez busca quedarse con las cajas del ministerio de Carlos Bianco
En el marco de la disolución de la jefatura de Gabinete, Cristina Álvarez Rodríguez finalmente desembarcó al frente de la jefatura de Asesores bonaerense y comenzó una guerra interna contra el ahora ministro de Gobierno, Carlos Bianco, por las cajas de su cartera.
A partir de la reestructuración provincial por la desaparición de la jefatura de Gabinete, Cristina Álvarez Rodríguez inició tensas negociaciones con el gobernador Axel Kicillof, reclamando como propias varias áreas económicamente relevantes dentro del ministerio de Gobierno que ahora conduce Carlos Bianco.
Este medio tuvo acceso al detalle de la propuesta presentada por la funcionaria, que incluye la subsecretaría de Priorización y Seguimiento Económico y Productivo; la subsecretaría Técnica, Administrativa y legal; la subsecretaría de Coordinación de Gestión Territorial; la dirección de Comunicación Institucional; la subsecretaría de Gestión Operativa; y la subsecretaría de Análisis y Seguimiento Político Estratégico.
Las impresiones con el detalle del ambicioso proyecto de Cristina Álvarez Rodríguez.
Las impresiones con el detalle del ambicioso proyecto de Cristina Álvarez Rodríguez.
Las impresiones con el detalle del ambicioso proyecto de Cristina Álvarez Rodríguez.
Las impresiones con el detalle del ambicioso proyecto de Cristina Álvarez Rodríguez.
Las impresiones con el detalle del ambicioso proyecto de Cristina Álvarez Rodríguez.
Las impresiones con el detalle del ambicioso proyecto de Cristina Álvarez Rodríguez.
Las impresiones con el detalle del ambicioso proyecto de Cristina Álvarez Rodríguez.
ESTRUCTURA Y CAJAS
A pesar del enorme paquete de exigencias, los ojos de Álvarez Rodríguez están principalmente puestos en dos áreas económicamente claves. Una de ellas es el Registro de las Personas, que funciona como un ente recaudador. El otro es el Consejo Federal de Inversiones (CFI), que se encarga de financiar grandes proyectos a lo largo y ancho de la provincia de Buenos Aires.
Los intereses de la funcionaria no parecieran ser una casualidad, ya que ambas áreas están conectadas a través de un polémico proyecto de digitalización de partidas que es financiado por el CFI y no pasó desapercibido dentro del Registro de las Personas.
Los primeros proyectos de digitalización de los libros se iniciaron durante la gestión de Daniel Scioli, inicialmente contemplando todas las partidas de nacimiento entre los años 75 y el 81, a partir de un pedido de la organización Abuelas de Plaza de Mayo.
El proceso continuó luego con la contratación de la empresa Gestión Compartida, que inició la digitalización de las actas de nacimiento a partir de 1986. La experiencia no fue gratificante: todavía el organismo debe lidiar con la mala calidad de las imágenes y los problemas de guardado de la aplicación.
La siguiente empresa en aportar a este proceso fue ADeA, que llevó adelante un verdadero desastre, porque puso a trabajar a personas que no tenían ningún tipo de conocimiento en los procesos de digitalización y el trabajo que lleva adelante el Registro de las Personas. El resultado fue una lógica consecuencia.
Ahora, la gestión del alfil de Álvarez Rodríguez, Mariano Ríos Ordoñez, contrató a una nueva empresa, llamada TNgroup, que está llevando adelante el último y más polémico proceso de digitalización. Y es casualmente el CFI el que financia el proyecto: beneficiario y benefactor, en las mismas manos. Actualmente, parte del trabajo encomendado a la compañía ya fue realizado y apuntaba a la digitalización de los registros de las actas matrimoniales.
Sin embargo, vale destacar que la experiencia no estuvo exenta de polémicas: “Supuestamente iba a trabajar en un periodo y apareció en otro. La explicación es que el Registro se quedó con unos escáners tipo industriales y la empresa digitalizó imágenes de las fichas históricas, que son las que se hicieron durante los procesos de inmigración más importantes de la historia del país”, explicó un trabajador a REALPOLITIK.
En ese marco, se supo que la empresa contrató irregularmente a una docena de inexpertos jóvenes de entre 18 y 20 años con el objetivo de fotografiar las imágenes y escanearlas, aunque el proceso no es tan simple como parece sino que requiere de cierta expertise. Luego, ante la necesidad de mostrar resultados, la empresa comenzó a apurar el trabajo hasta que finalmente, a fines de noviembre, les sugirieron a los trabajadores tomarse unas vacaciones porque las máquinas utilizadas para la ocasión debían ser trasladadas.
Como saldo final, los jóvenes, que cobraban sueldos en negro por debajo de la línea de pobreza, terminaron siendo despedidos y notificados fríamente vía WhatsApp.
Por último, vale destacar que empleados del Registro de las Personas cuentan que el resultado realizado fue tan cuestionado que, cuando les propusieron filmarlos para promocionar el nuevo servicio, ninguno quiso prestar su rostro para ello. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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