Municipales
Internismo en el partido centenario
En la UCR asoma una férrea oposición a Rodrigo de Loredo
La especial coyuntura demarcada por proyectos de inusitada dimensión -con fuertes intenciones de reformular a pleno la realidad económica- tiene a la militancia del radicalismo en un estado de sesión permanente que no admite pausas.
La ebullición va creciendo y está protagonizada por sectores y corrientes internas que no tienen grandes responsabilidades de conducción y quieren definiciones o al menos un debate que consolide un rumbo respecto de cuál será el parámetro de relación con el gobierno nacional y qué tipo de oposición hay que ejercer de ahora en más.
Muchos de esos sectores se han manifestado por lo bajo. Tuvieron una mirada positiva respecto de los últimos comunicados del comité nacional en la etapa de Martín Lousteau y también esperaron otro plato fuerte, como lo es, la postura que iba a adquirir el jefe de bancada, el cordobés Rodrigo De Loredo.
El frustrado aspirante a gobernar la capital de la provincia mediterránea demostraba cierta previsibilidad respecto de una postura tradicional partidaria de “acompañar” todo proceso político nuevo, en este caso, delineado por los primeros pasos de un gobierno que asumió hace muy pocas semanas.
El disparador que desató el tembladeral fue cierta permeabilidad del mediterráneo para aprobarle a Javier Milei todo lo que se le dé la gana. Esto irritó sobremanera a ciertos sectores que exigen mayor presencia para expresar disidencias en materia, no sólo formal y constitucional, sino en cuanto a energía, justicia y economía, tópicos dominantes tanto del DNU como en la ley Ómnibus.
Una de las frases más provocativas aludió a que la UCR “no va a liderar un proyecto de rechazo” hacia los proyectos de marras. Los radicales más díscolos señalan que, en todo caso, eso debería ser motivo de un profundo debate.
En la vereda de enfrente a De Loredo -no tanto así respecto de Martín Lousteau- van presentando credenciales sectores históricos como la Corriente de Opinión, que lidera el ex ministro del Interior, Federico Storani. Hace muy pocos días, esta corriente le marcó la cancha a De Loredo y a quienes piensan como él. “Facilitar la gobernabilidad no significó jamás ser ‘colaboracionista’ con la entrega y conculcación de derechos”, le resaltaron en un documento político al dirigente de Evolución y a quien quiera oírlos.
Además, recordaron que “una circunstancial mayoría no puede arrogarse el derecho de violar la constitución nacional y el estado de derecho que es el marco en el cual existe y se desenvuelve el sistema democrático”. Agregando: “Nosotros sí actuamos dentro de la ley”.
EBULLICIÓN INTERNA EN ASCENSO
La corriente, conocida como “CON” fue más allá de algunas frases políticas vertidas en un documento y apoyaron, a través de algunos dirigentes, los demostrativos cacerolazos para protestar contra el DNU 70; acompañaron la marcha de la CGT a la Corte de Nación para presentar un recurso de amparo y se sospecha que preparan las baterías para hacer fuerte presencia en la movilización convocada por la central obrera para el próximo 24 de enero, fecha en que está previsto un paro de actividades.
Fundamentalmente, este sector y otros, rechiflan su bronca ante el recorrido que hizo la UCR en los últimos años, impregnándose de una postura pasiva y funcional al Pro en ocasión del gobierno de Mauricio Macri y en los años de oposición hacia la presidencia de Alberto Fernandez.
Claro está que Storani fue uno de los padres de la alianza Cambiemos con la intención estratégica de derrotar para siempre al kirchnerismo. Imaginaba, por aquel entonces, un ámbito de cogobierno en el cual el Pro, la UCR y la Coalición Cívica, definieran las principales medidas. La historia indica que eso nunca ocurrió y las bancadas radicales de los últimos años funcionaron como virtuales escribanías del entorno del partido que lidera Mauricio Macri.
Desde finales del 2017, Storani, concsiente de su error de cálculo, intentó rectificar su propuesta y fue el primer opositor al macrismo, aún en etapa de gobierno y llegó a proponer primarias para resolver una candidatura presidencial de la alianza Juntos por el cambio. Eso tampoco ocurrió.
LA ROSCA INTERNA YA EMPEZÓ
Ahora, en la actualidad, Storani teje un rearmado opositor interno que “vuelva a reforzar una impronta socialdemócrata” en el centenario partido, según señaló en más de un reportaje público y en actos junto a la militancia.
Para lograr su cometido realiza contactos y está en pleno contacto con otros sectores como la Convergencia del bonaerense Juan Manuel Casella -ex ministro de Trabajo- y se acerca al cordobés y ex presidente de la Convención Nacional, Jorge Sappia, hombre de la línea córdoba y de posturas muy ortodoxas e históricas del radicalismo que lo convirtieron también en un líder de la ruptura con el macrismo.
El armado soñado por todos estos dirigentes podría incluir también a Gerardo Morales -hoy preocupado por saber la verdadera paternidad de su hijo- y a algunos otros dirigentes desparramados en distintos distritos y que han quedado a la intemperie o pretenden recuperar terreno partidario.
Falta mucho terreno por recorrer y todo se va reorganizando en función de la misión de lo que ellos definen como “recuperación del partido”, empezando por los serios cuestionamientos al jefe de bancada Rodrigo De Loredo, marcando así una señal hacia el titular partidario Martín Lousteau, si es que éste no apura un debate y un cambio de rumbo con tinte más opositor hacia el gobierno libertario de Javier Milei. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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UCR, Federico Storani, Gerardo Morales, Martín Lousteau, Alberto Fernández, Jorge Sappia, Mauricio Macri, Juan Manuel Casella, Rodrigo de Loredo¿Qué te parece esta nota?
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