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En medio del tratamiento de la ley Ómnibus enviada por el presidente Javier Milei al Congreso Nacional, la Federación Universitaria Argentina (FUA) salió a repudiar los cambios que se proponen en materia educativa, pero uno llamó poderosamente la atención.
El mega proyecto de ley que por estos días deberá tratar la Cámara de Diputados de la Nación en el recinto, prevé, en su capítulo tercero, cambios en el sistema educativo nacional en todos los órdenes, tanto para la educación primaria, secundaria, como universitaria.
Sobre la ley de Educación Nacional Nro. 26.206 propone la incorporación de evaluaciones censales a estudiantes de escuelas secundarias, así como la habilitación para que estudiantes de cuarto año puedan continuar sus estudios en un formato híbrido, que combine la presencialidad con la virtualidad.
Algunas de las modificaciones que más controversias han generado son las que recaen sobre la ley de Educación Superior Nro. 24.421, mediante las que se propone cobrar un arancel a los estudiantes extranjeros que decidan cursar sus carreras en el país.
Sin embargo, la que más ruido ha hecho es la eliminación del programa +25 y la implementación de un examen de ingreso. La norma habilita a que personas con 25 años o más que no hayan terminado la escuela secundaria pero demuestren tener conocimientos elementales, puedan ingresar a la universidad, cursar una carrera y recibirse.
El artículo 554 de la ley Ómnibus, que propone esta modificación, fue fuertemente repudiado por la Federación Universitaria Argentina, hoy presidida por la militante de Franja Morada, Piera Fernández De Piccoli. En un comunicado oficial sostuvieron: “Rechazamos absolutamente esta medida autoritaria, que solo profundiza la desigualdad. A su vez, habilita a implementar un examen de ingreso sin completar el proceso de nivelación”.
El comunicado de la entidad estudiantil resulta insólito en este punto, más si se tiene en cuenta el reconocimiento de la calidad educativa argentina. Lejos de defender este último punto, la FUA parece situarse en el vacuo lugar de la desigualdad que podría generar solicitar el diploma de la escuela secundaria a todo ingresante a una alta casa de estudios. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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