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27 de enero de 2024 | Legislativas

Reforma libertaria

Las tensiones siguen creciendo en el mundo UCR

En el mundo radical se desarrolla y crece un estado de tensión y posible reformulación de cara al futuro, a partir de circunstancias como las actuales que le demandan al centenario partido de Alem una mejor definición.

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En un gran sector partidario tratan de abandonar el tradicional eclecticismo para mantener la equidistancia de determinados extremos políticos, al punto que algunos dirigentes se sienten en su zona de confort cuando proclaman que son del “centro popular”, frase armada que, para quienes están en una postura centroizquierdista o socialdemócrata, sería “la nada misma”.

Más allá de las discusiones históricas y doctrinarias que importa un presente como el actual, la aprobación del DNU y la ley Omnibus que propone el presidente libertario Javier Milei amenaza, para muchos correligionarios, la pulverización de décadas de historia argentina.

DEFINICIONES CONTRAPUESTAS

Por dar un sólo ejemplo, el capítulo laboral de los proyectos oficialistas derogan casi todo el artículo 14 bis de la constitución nacional, donde se incorporaron los derechos laborales proclamados por el radicalismo, a través del dirigente Crisólogo Larralde. Esta postura entra en colisión con aquellos dirigentes que, en aras de una necesidad de “modernizar” la economía, sugieren nuevas formas legales y prácticas en la relación entre empleados y empleadores.

Para dar algunas referencias, en el primer lote se encuentran dirigentes que actualmente no tienen cargos partidarios, aunque sí historia, como Federico Storani, Juan Manuel Casella y Miguel Ponce. En tanto, entre los más proclives a la modernización, se encuentran dirigentes tales como Martín Lousteau (aunque con algunas reservas), los legisladores Martín Tetaz, Rodrigo De Loredo y Fabio Quetglas. Otros que también parecen estar en ese alineamiento son los gobernadores de Mendoza, Alfredo Cornejo, y su par de Corrientes, Gustavo Valdés.

El contexto así expuesto viene al caso para saber de qué se trató la tensión que generó la votación dividida sobre el dictamen a la ley Ómnibus y que dejó a un bloque nacional de diputados más cercano a la ruptura que a la unidad.

JUNTOS PERO NO TANTO

Resulta que el voto favorable al dictamen por parte de los diputados Martín Tetaz, Karina Banfi y Atilio Benedetti, entre tantos otros, fue vital para que el oficialismo consiguiera la mayoría tan necesaria para un dictamen que facilita la aprobación del proyecto en el recinto.

Sorprendió la postura del representante de Entre Ríos, Benedetti, a quien se lo había visto apoyando a un subgrupo que había realizado un reclamo institucionalista, en el sentido de denostar todo DNU que fuera manifiestamente inconstitucional por no existir la urgencia ni la necesidad del tratamiento.

Del lado opuesto a quienes acompañaron el dictamen -más allá de explicaciones poco creíbles- estuvo un grupo cuyo vocero fue el formoseño Fernando Carvajal, acompañado entre otros por el bonaerense Pablo Juliano. Ambos se están referenciando con el neurocientífico Facundo Manes, al menos en lo que hace a la forma de diferenciarse de un Rodrigo De Loredo que pasó de acompañante incondicional del gobierno libertario a un tibio opositor, rol que adquirió tras algunas horas de diálogo con alguien que viene a dar cierta postura de sentido común, como es el caso del gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro.

REAPARECEN DOS MANES

La tensión no sólo hay que observarla bajo la cúpula del Congreso, sino que hubo una fuerte procesión en el seno de la convención nacional que, ante el silencio o la baja intensidad parlante del comité nacional, decidió manifestar una férrea posición de rechazo a los proyectos oficialistas ya mencionados.

Aquí, el que jugó fuertes cartas fue Facundo Manes quien, a través de su hermano Gastón como titular del máximo órgano deliberativo partidario, convocó a un plenario que fijó un dictamen taxativo hacia sus legisladores, algunos de los cuales, como se vio, hicieron caso omiso y reivindicaron en los hechos una autonomía sobre la cual, varios dirigentes y militantes esperan explicaciones.

De hecho, el pronunciamiento del plenario federal de la convención fue observada como la postura oficial partidaria, aunque no haya sido así en toda su dimensión, pero sí marcó una tendencia.

En medio de todas estas idas y vueltas, vino el paro y la marcha convocada por la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT) y la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).

Ante esta convocatoria hubo también una grieta aunque, claro está decirlo, la postura mayoritaria se pronunció por criticar una medida prematura de protesta de esas características con alguna dedicatorias, también de disconformidad, hacia la política económica de Javier Milei.

MARCHAR CON LA CGT

Con un sello más indubitable se manifestó, entre otras líneas internas, la Corriente de Opinión Nacional que lidera el ex ministro del Interior, Federico Storani.

Este no sólo luchó contra viento y marea y las críticas de varios de sus correligionarios, sino que siempre anticipó que apoyar la marcha sindical era una oportunidad única para poner freno al DNU y a la ley Omnibus por cuestiones de forma -viabilidad constitucional- y contenido -riesgo de derechos sociales, ambientales y económicos en general- y poner así un freno importante a todo intento oficialista de hacer una megareforma.

El exministro y exdiputado nacional no se guardó nada respecto de la votación dividida del bloque sobre el dictamen al calificar de “traidores” a quienes apoyaron la iniciativa libertaria, teniendo algunos reparos -pero con algunas críticas- para quienes decidieron abstenerse, como fue el caso de Carvajal.

El apoyo a la marcha por parte de este sector minoritario del partido, si bien fue escaso, fue por demás simbólico y contó con el apoyo de varios distritos que tomaron al storanismo como referencia para, a su vez, participar de distintas manifestaciones en otros distritos del interior como San Nicolás, Chascomús y otros.

En síntesis, el posible tratamiento del dictamen en el recinto durante la próxima semana abrirá otro capítulo importante en el debate partidario y su correlato legislativo y todo apunta a que crecerá el estado de ebullición en que se desenvuelve el clima radical en épocas veraniegas donde pocos se están tomando vacaciones. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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