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Milei ejerce su venganza por su derrota parlamentaria sobre los más débiles
Este martes el ministro del Interior, Guillermo Francos, demostrando una vez más su grosera debilidad conceptual e inexistente experticia, afirmó que, con la vuelta a comisión de la ley Ómnibus, las votaciones de la Cámara quedaban firmes y que debía retomarse el tratamiento del resto en comisiones. Pero la normativa vigente lo desmiente.
El artículo 155 del reglamento de la Cámara de Diputados es muy claro en detallar el proceso y sus plazos. La semana pasada, la Cámara había aprobado en general la ley de “Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”. Este martes se inició su tratamiento artículo por artículo, y si bien las primeras votaciones parecieron favorecer al gobierno, al lograr la aprobación de seis ítems referidos a la declaración de emergencia y a las facultades delegadas al presidente Javier Milei, todo terminó colapsando por los desacuerdos con la oposición colaboracionista sobre la coparticipación del impuesto PAIS y las privatizaciones.
Siguiendo el consejo de Miguel Pichetto, el oficialismo solicitó inicialmente un cuarto intermedio para debatir con los jefes de bloques aliados el artículo vinculado a la venta de las empresas estatales que se consideran deficitarias. Al no haber acuerdo, la sesión se cayó, y la bancada oficialista propuso la vuelta a comisión del proyecto. Esta decisión invalida la aprobación en general concedida la semana que pasó y la de los artículos votados inicialmente. De este modo, se vuelve a foja cero y los diputados deberán considerar el proyecto con las modificaciones realizadas.
El artículo 155 del reglamento de la Cámara de Diputados establece las consideraciones de un proyecto que vuelve a comisión, y dispone que “un proyecto que, después de sancionado en general, o en general y parcialmente en particular, vuelve a comisión, al considerarlo nuevamente la Cámara, se le someterá al trámite ordinario como si no hubiese recibido sanción alguna”.
Ley Ómnibus, entonces, deberá tratarse nuevamente en su totalidad por el plenario de comisiones de Legislación General, Presupuesto y Hacienda, y Asuntos Constitucionales. Si se consigue un nuevo dictamen se podrá convocar a una sesión en el recinto para que los parlamentarios puedan volver a debatir el tratamiento general de la ley.
Los plazos estipulados en el reglamento exigían que el presidente extienda el periodo de las sesiones extraordinarias, ya que el 22 de enero, a través del decreto 57/2024, publicado en el Boletín Oficial, el poder ejecutivo había fijado como límite el 15 de febrero de 2024.
Javier Milei intentó disfrazar la realidad, publicando a destajo en su cuenta de X, para tratar de instalar la idea de que había sido su decisión la vuelta a comisión y el retiro del tratamiento del proyecto de ley, y no de la ruptura del acuerdo establecido con los colaboracionistas.
A partir de allí, como patrón de estancia, impulsó una serie de medidas de venganza para “castigar” a legisladores y diputados colaboracionistas, a quienes tildó de traidores. Eliminó el subsidio al transporte en todo el país; suprimió la entrega de medicamentos a pacientes con cáncer y otras enfermedades terminales y afectó las prestaciones de los discapacitados. Con estas medidas Milei no se vengó de sus recientes aliados, sino que descargó toda su furia contra el pueblo argentino. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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