Nacionales
Fuertes debates
Ante un mar revuelto, la UCR ensaya su destino histórico
A medida que pasan las horas, la UCR nacional fortalece y mucho su rol de árbitro en la poliítica nacional y no son escasas las pruebas que respaldan esta afirmación.
Basta con repasar declaraciones de dirigentes de todo el arco político muy interesados en la postura que asumirá, por caso, respecto del tratamiento que se viene respecto del decreto de necesidad y urgencia 70/2023 con vigencia limitada, que intenta dar vuelta como una media a la economía, pero que todavía necesita asentarse definitivamente con su aprobación en una de ambas cámaras parlamentarias. Así lo establece la constitución.
Después del episodio espasmódico que resultó el rechazo de la mayoría de los diputados radicales a la ley Ómnibus (que contempla algunos puntos del DNU) nació un debate que vuelve a profundizar las turbulencias con riesgo de ebullición.
LLORAR ANTE LAS CÁMARAS
En algunos casos sucede la contradicción, que se hizo más palpable por las lágrimas del jefe de bancada Rodrigo de Loredo, quien se "quebró" ante movileros por que no fue suficientemente funcional a un papel de incondicional de un gobierno que no para de repartir reprimendas y severas acusaciones hacia el partido de Alem.
No obstante, y con abundantes lágrimas de cocodrilo, De Loredo -quien venía de hablar de los “pelos del camello” en el recinto- remarcó un arrepentimiento un tanto confuso. El frustrado candidato a la intendencia de Córdoba Capital quiere demostrar un teorema imposible: hay un gobierno que no se deja ayudar pese a la voluntad de una UCR que quiere dar herramientas aunque sean contrarias a lo que siempre pregonó. Por ejemplo, facultades extraordinarias, privatizaciones a ultranza o entrega de recursos naturales.
Es el arrepentimiento que también mostró un supuesto progresista como el legislador por CABA, Martín Tetaz, quien explicó por redes que rechazó en particular la mentada ley por el tema de las facultades delegadas, pero que estaba “en un 90 por ciento de acuerdo (sic)” con el contenido del proyecto. Algo que será difícil de explicar en mitines parroquianos con sus correligionarios.
Lo notable es que todo esto se viene dando cuando del lado del oficialismo libertario no hay más que cataratas de insultos y amenazas que se desparraman por redes sociales, contenidos que, en un importante porcentaje son destacados y reenviados por el propio presidente Javier Milei.
Por el momento, el método del arrepentimiento, si tuviera una finalidad, no posee hasta el momento eficacia alguna porque tanto De Loredo como Tetaz y algunos otros legisladores quienes, en términos futboleros, le estarían hablando a jugadores que no devuelven la pelota ni tiran algún centro.
MÁS TIRONEOS
Otro sector desde donde se tironea y mucho es el kirchnerismo y, dentro de este el transversalismo que componen dirigentes no peronistas, como es el caso de Leopoldo Moreau y Leandro Santoro, quienes además exhiben cuna de origen radical.
Ellos han resaltado el rechazo en particular a la ley Ómnibus y piden un paso más contundente con el rechazo al DNU, por parte de sus 13 senadores o sus 34 Diputados, dando así una herida mortal al programa de shock económico del presidente, a quien obligarían a barajar y dar de nuevo, aunque en un esquema de notable debilidad política.
Es muy posible que la UCR y sus legisladores votaron en contra de muchos artículos de la citada ley con argumentos distintos al del kirchnerismo, pero si esto fue así, no se notó mucho ante la mirada de la opinión pública que sigue con el esquema mental firme de la grieta iniciada hace más de diez años y que tiene al kirchnerismo de un lado y al denominado “gorilismo”.
En una alborotada e improvisada lógica, haber votado en contra de una propuesta anti K llevaría exclusivamente a una vereda kirchnerista o cristinista, aunque haya matices que, por el momento, no se logran explicar ante la sociedad.
INCONDICIONAL AL PALO
Se abrió en las últimas horas una tercera posición -nada que ver con la proclamada por el peronismo histórico- que propuso el actual ministro de Defensa, Luis Petri, quien invitó a sus correligionarios a sumarse con la liga de los “hombre de bien” que define a la claque que aplaude incondicionalmente al gobierno nacional.
A Petri le espera una dura serie de explicaciones, propias de un posgrado en ciencias políticas, en su cometido de sumar militantes de la boina blanca para esta causa que hasta el momento no sentó una cabecera de playa en los comités radicales.
Eso sí, Petri es el único radical con un fuerte peso en un esquema nacional en el cual puede disponer a discreción de cajas, recursos y cargos para repartir a quienes deseen subir a su barco y acompañar en una “épica patriótica” según algunos o “inmolarse” para otros.
Entre estas posturas se encuentra el debate de la UCR que ya ha cobrado un papel protagónico que la vuelve a convertir en árbitro de la escena nacional, así como lo fue allá por 2015 donde “por cuestiones estratégicas” y para terminar con un kircherismo anquilosado prefirió asociarse a Mauricio Macri, conociéndose luego las consecuencias hacia la economía, situación sobre la cuál aún se siguen dando explicaciones.
Vuelve a la mente de muchos hombres y mujeres de Alem los históricos debates acerca de fortalecer identidad o rifar a ésta en virtud de acompañamientos incondicionales hacia otros partidos que no comulgan la misma doctrina.
Regresan tal vez aquellos notables debates que rememoran a los discursos de Moisés Lebensohn criticando a los “panzistas” que desesperaban por un cargo público o de Crisólogo Larralde, defensor de derechos de los trabajadores, y, por tanto, señalando un camino que, en el presente significa estar muy enfrente de la Casa Rosada.
En términos históricos, estos fuertes debates sobre conveniencias o no de acompañar a terceros tuvo su explosión en la famosa convención nacional de 1957 donde frondicistas y balbinistas decidieron partir en dos a un partido que tardó y mucho en cicatrizar heridas.
Fue en los momentos en que Arturo Frondizi decidió la postura acuerdista con un Perón en el exilio, que le significó acceder a la presidencia a aquél. Y que dejó a un Ricardo Balbín en la postura intransigente histórica.
Algunos dirigentes que peinan canas ven algún riesgo no muy lejano al desarrollo de una grieta profunda, pero dentro del radicalismo y que se expresaría entre una postura totalmente opositora y la sumatoria de los arrepentidos de De Loredo y los incondicionales de Petri.
Lo que habrá que medir, en consecuencia, es la evolución de los acontecimientos que se sucedan día a día y, sobre todo, el impacto de hechos significativos como puede ser el próximo tratamiento del DNU a nivel parlamentario. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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