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23 de febrero de 2024 | Nacionales

Internas

Crece el debate radical por el rol en la escena política nacional

Al titular del comité nacional, Martín Lousteau, le cuesta mucho mantenerse en hermetismo en los últimos días. No sólo esto se confirma por algunas apariciones mediáticas, sino por el tembladeral que viene creciendo a raíz de circunstancias que no se podrán ignorar.

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Esto es importante porque a la vuelta de la esquina está el discurso de inauguración de las sesiones ordinarias del Congreso y el tratamiento de una mega ley Ómnibus que ya inspira a historiadores para importantes antologías sobre frustraciones oficialistas. Asimismo, y junto con la especie renovada de esa ley, ahora descuartizada y presentada en varios pedazos o capítulos, se encuentra la pelea por el rechazo o validación del famoso decreto de necesidad y urgencia 70/23 con que empezó a implosionar la era Milei en el imaginario colectivo.

DEBATE Y CONSTRUCCIÓN

Todo esto requiere de debate y construcción para presentar una postura de cara a la sociedad de parte del partido centenario y esto lo sabe y bien, Martín Lousteau. Además, aprendió de su asombrosa quietud silenciosa en aquellos tórridos días de debate en el plenario de comisiones de Diputados para discutir la ley Ómnibus, y que no obedecían a una etapa de vacaciones en la costa, sino a una excesiva prudencia porque era una fija que esa media sanción pasaba segura hacia la cámara alta donde él tiene un escaño por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Dicho todo esto, se impone alentar un debate, no sólo por el imperativo ético que puede tener una organización partidaria seria, sino que Lousteau también representa una postura de oposición responsable alternativa a la que pregona el bloque de su partido en la cámara baja. Es aquella que denota una fuerte crítica a los modos de gestión macroeconómica de Javier Milei y que no incluye abundantes dosis de cheques en blanco al portador, ni acompañamientos estridentes de medidas que han derivado en espeluznantes índices de inflación y de pobreza.

Con esta postura, Lousteau debe surfear y fuerte a las olas que generan ciertos gobernadores con firme voluntad de oposición responsable, pero también con fuertes matices de colaboración incondicional como lo son el correntino Gustavo Valdés y el reelecto mandatario de Mendoza, Alfredo Cornejo.

DOBLE DESAFÍO

El jefe partidario tiene el doble desafío de revalidar su postura y de sus seguidores, y al menos mantenerla empardada con los mencionados mandatarios provinciales que son fuertes referentes hacia otros distritos, como es el caso de Formosa, con el ex senador Luis Naidenoff y con gran parte del radicalismo bonaerense que sigue a Maximiliano Abad

Es una masa crítica importante que eleva sus pasiones por la continuidad en Juntos por el Cambio con el Pro, pero también sucumbiendo a los cánticos de sirena que se fugan de manera hábil desde la Casa Rosada.

La etapa de un radicalismo pletórico de ética frente al atropello institucional que significó la forma de debate del DNU y la ley Ómnibus se va evaporando. En tal ocasión todos sumaron para la foto y fue para denunciar las desprolijidades e inconsistencias constitucionales de ambas normativas, en sus modos de realización y presentación.

Ahora, y agotada esa instancia, viene el debate más profundo sobre el rumbo a seguir cuando se trata de saber si el estado es un obstáculo para el desarrollo económico y debe ser reducido drásticamente o se trata de una herramienta a la cual se la utiliza mal y en modo populista y abusivo.

En la primera posición parecen coincidir Cornejo y Valdés. Si bien no han sido muy explícitos al respecto, demuestran pasividad y silencio frente a lo que fue el discurso del actual presidente y no ofrecen mayores reparos. Por el momento, hacen muy evidente una postura muy funcional al acompañamiento incondicional y que empezaron a mostrar con su apoyo efectivo en militancia y en aporte de fiscales para que Javier Milei acceda al poder.

Por su parte, Lousteau, no puede tapar con las manos su postura a nivel económico y de relaciones con el estado, a través de su aporte bibliográfico de los últimos años. Aquella que describe a un estado que debe estar desarrollado como herramienta para dar servicios de calidad a la comunidad y regular o prevenir situaciones de desigualdad social. Parafraseando sus dichos: es como si el gasto hubiera subido por el ascensor y la calidad del estado asciende lentamente o se quedó en las escaleras.

LOS RIESGOS

La gestión de Lousteau deberá pasar así las semanas en que transcurra el debate de los proyectos oficialistas y deberá asumir su condición de conductor, pero también de vocero responsable de un radicalismo donde conviven estas posturas que parecen inconciliables desde el punto de vista económico.

Los riesgos de volver a ver a un bloque dividido tanto en Diputados como en el Senado están a la vuelta de la esquina. No importaría tanto, ante esta situación de inmediatez, que deba responder por esta división ante la opinión pública de la sociedad o ante la opinión publicada de ciertos medios que esconden también ciertas inclinaciones políticas. A esta altura podría ser un mal menor frente a los riesgos de que el radicalismo quede partido a nivel institucional y mengue así su posibilidad de impactar en las grandes decisiones nacionales.

Por el momento, todo indica que esta fuerte tensión continuará y tendrá a Lousteau, a lo sumo, más como un administrador para equilibrar conflictos que un líder que genera su línea hacia todos distritos y hasta el último comité de barrio. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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