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Milei, corrupción e hipocresía
Javier Milei dejó trascender que, en su discurso de apertura de sesiones de este viernes, pondrá particular énfasis en denunciar los “actos de corrupción” del kirchnerismo.
La decisión es de manual, ya que frente a la catástrofe social que ha provocado durante su gestión, que afectó en gran medida también a sus votantes, y habiendo tomado la determinación de profundizar el ajuste hasta niveles inimaginables, necesita recurrir a una apelación moral para tratar de conservar unido y obediente a su rebaño. Un dato que confirma la validez de esta determinación es que, en los sondeos, el tema de la corrupción aparece en segundo lugar, detrás de la inflación, entre las preocupaciones de los argentinos.
En una sociedad con cierto nivel de raciocinio, debería esperarse que las denuncias de corrupción sobre la oposición estuvieran acompañadas de una conducta intachable dentro del propio gobierno. Claro está que, dentro de la población argentina, el raciocinio es bastante escaso, ya que de otra manera sería impensable que un presidente que designe a “Toto” Caputo como superministro y pueda presentarse como estandarte de la transparencia.
El del Caputo no es el único caso. Ya se han denunciado reiteradamente las “compensaciones” que Milei otorgó a quienes lo respaldaron en su campaña presidencial, desde el empresario que lo cobijó en su hotel hasta las corporaciones que recibieron concesiones, cargos públicos y condonación o baja de impuestos. A esto se suman dos nuevos casos gravísimos, que no pueden pasarse por alto.
El primero es el de Daniel Tillard, presidente del Banco Nación, que habilitó la compra de 400 millones de pesos de una ON de petrolera Aconcagua Energía que colocó Max Capital, la AlyC de su familia, que se lleva el 1 por ciento de comisión. El operador es nada menos que su propio hijo.
En efecto, el Banco Nación compró títulos Clase IX de la petrolera Aconcagua Energía, que aspira a quedarse con activos de YPF, sin resolución del directorio. De la colocación del bono participaron nueve entidades, entre las que estuvo Max Capital, el Agente de Liquidación y Compensación Integral (AlyC), uno de cuyos socios principales de nada menos que el hijo del presidente del Banco Nación, Ignacio Tillard, hijo del presidente del BNA, que como colocador se queda con el 1 por ciento de la comisión.
Para posibilitar esa operación se redactó una calificación crediticia, entre gallos y medianoche, para que el Banco Nación tuviera tolerancia de riesgo para invertir hasta 700 millones de pesos. Como si esto no bastara, el ministro “Toto” Caputo ordenó que la ANSES grirara el Fondo de Inversión Axis 500 millones de pesos. La particularidad es que el fundador de este fondo es nada menos que el propio ministro de Economía.
Estas son sólo las últimas dos novedades sobre el tema corrupción que salpican al gobierno de Javier Milei, y se produjeron en la misma semana en la que el presidente saldrá a denunciar por esta cuestión al kirchnerismo. Claro está que, también para este tema, el gobierno tendrá la misma respuesta de siempre: “No la ven”. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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