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3 de marzo de 2024 | Nacionales

Internismo

El sometimiento de Victoria

Victoria Villarruel es mujer, pero no precisamente una mujer “empoderada”. Su proyección política siempre dependió de los hombres.

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Desde la rígida estructura militar imperante a su familia, pasando por su condición de biógrafa de genocidas de la dictadura cívico militar, a su actual posición, propiciada por círculos militares y filomilitares nostálgicos de los años de plomo, hasta su convalidación por parte de Javier Milei y, más acá, por Mauricio Macri. De allí su oposición a toda la agenda de reivindicaciones levantada -y, en buena medida, concretadas- por el feminismo. Así, si bien una mujer ocupa la vicepresidencia, hasta ahora no modificó su matriz de instrumento del poder masculino.

El acercamiento con Mauricio Macri, desde fines del año pasado, no se debió a su iniciativa, sino a la del ex presidente. Desesperado por el magro papel que le asignó la administración Milei en el reparto de negocios y de cargos, Mauricio no dudó en tender un puente con la vicepresidenta, y con seductores cantos de sirena la convirtió en la cara visible de su proyecto de ocupación del gobierno, que incluía el desplazamiento de Milei de la presidencia y su reemplazo por la biógrafa de Jorge Rafael Videla.

Tras la derrota sufrida en el tratamiento de la ley Ómnibus, el mega DNU a tiro de ser anulado en el Congreso y la rebelión de los gobernadores, Milei debió ceder. Detrás de todos esos duros golpes se movían los hilos del titiritero Mauricio, quien no está en desacuerdo con las políticas de Milei, sino del lugar marginal que se le asignó en la distribución de beneficios y el reparto de cargos.

Sabido es que, desde hace tiempo, acercarse o nombrar siquiera a la vicepresidente dentro de la estructura de gobierno puede tener consecuencias irreversibles para quien lo haga, ya que se la considera como una “escaladora” o una “traidora” por su trato con el ex presidente, aunque -paradójicamente- Milei siga hablando permanentemente con ella.

Pero la serie de reveses y rebeliones institucionales que sufrió el gobierno cambiaron decididamente la escena. Cristian Ritondo fue el encargado de organizar el encuentro entre Milei y Macri de mediados de la semana que pasó. Y allí a Mauricio no le fue nada mal, ya que consiguió el compromiso de un ingreso masivo de su gente a puestos clave y otros no tanto pero que continúan vacantes en la administración nacional. Patricia Bullrich admitió su derrota sin competir en la disputa por la renovación de la presidencia del Pro; y el ex presidente le impuso también la necesidad de reformular la relación con los gobernadores “propios”, con una mayor generosidad financiera. Macri no le exigió a Milei modificar el rumbo, sino compartir la gestión, redoblar el ataque contra el cristinismo y el sindicalismo, y habilitarle áreas de gestión clave en energía y abrirle el grifo para sus negocios.       

El problema es que, una vez concretado el acuerdo entre jefes, la posición de Victoria Villarruel se desintegró del todo. En el listado de cadáveres políticos del killer Mauricio de los últimos meses aparecen en lugar destacado Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y ahora la vicepresidenta misógina, cuyo futuro pende del desarrollo de la relación entre dos hombres, tal como a su juicio debe ser.

En el acto de apertura de sesiones de este viernes, Villarruel se fundió en un abrazo con Milei, en una escena que resulta imposible no asociar con el perdón que se concede a la joven descarriada que reconoce sus errores y demuestra su arrepentimiento, aunque sabe que eso no la eximirá de recibir un castigo que ella misma juzga merecido. Del otro lado se notaba el agrado del macho alfa ante la rendición incondicional de su víctima.

Este sábado Villarruel viajó a Mendoza, para participar de la Fiesta de la Vendimia. Perdió el avión, llegó tarde y debió conformarse con la asignación de un rol marginal, resignando su centralidad ante los ministros nacionales que concurrieron y el gobernador Alfredo Cornejo, quien de impensado rebelde se convirtió en devoto de la agenda que anunció Milei este viernes. Mauricio había logrado el milagro de la reconciliación, incluso con “Nacho” Torres. El ex presidente es el gran titiritero de la alianza de gobierno. El presidente lo sabe; Vicky también. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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