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La Tragedia de los Andes y una duda persistente: ¿quién filtró las fotos más polémicas?
Netflix renovó el interés por el accidente aéreo de 1972 y eso volvió a darle voz pública a sobrevivientes y testigos, entre los cuales se repuso una discusión nunca saldada.
Antes de ser rescatados, los ocho sobrevivientes que no pudieron subirse a los primeros helicópteros y debieron esperar un día más, vivieron una suerte de transición aún en la nieve que duró 24 horas y fue mediada por cuatro rescatistas chilenos.
En todas las películas sobre el accidente del Fairchild de la Fuerza Aérea Uruguaya el rescate se cuenta como algo resuelto por dos helicópteros en una misma tarde, aunque lo cierto es que a esa tanda solo pudieron subirse seis de los sobrevivientes.
Los otros ocho se quedaron otro día más esperando la vuelta de los helicópteros junto a cuatro rescatistas chilenos. El más valorado por los rugbiers uruguayos fue Sergio Díaz, quien murió dos años después y jamás dejó registro escrito sobre su propia percepción de los hechos. Solo es posible aproximarse a eso través de Marisol, su hija, única interesada en destacar la acción de su padre aquella noche tensa.
Y así como Díaz es el mejor recordado de entre aquellos cuatro rescatistas, al otro extremo de la consideración de los sobrevivientes se encuentra Carlos Lucero. Es que el andinista opone una tesis alternativa: según él, los rugbiers uruguayos permanecieron 72 días en la nieve adrede, con el propósito de heroizarse, vender libros y hacer películas. Polémico.
Lucero lo decía entonces y lo repite ahora, cuando el fragor que ha generado la película "La sociedad de la nieve" de Netflix lo volvió a reponer en el relato coral sobre la tragedia. "Yo tengo mi propia versión de la historia: para mi no fueron héroes. Lo que pasa que la gente nunca cuestiona las historias. Las cree. ¿Por que esperaron 75 días para salir? Nunca se ha preguntado eso la gente. Cómo es posible que en un grupo de muchachos jovenes, inteligentes, físicamente aptos, nadie se reveló en decir: '¿qué esperamos? Si ya escuchamos en la radio que se suspendió toda búsqueda".'
"Yo tomo un animalito, un perrito, aquí, en Santiago, lo llevo a la montaña y lo suelto. Y el perro baja, ¿por que no han subido a un cerro ellos?", dijo en una entrevista para la televisión chilena. "Si salen antes, a lo mejor nadie los recuerda".
Gustavo Zerbino, uno de los sobrevivientes, fue consultado en una radio de Uruguay sobre estas declaraciones. "Es un psicópata", respondió, tajante. "Un tipo que llega a decir que nosotros podíamos habernos ido al otro día del accidente, pero decidimos quedarnos para después hacer libros y películas...".
"El problema es que este tipo tiene un resentimiento", agregó el sobreviviente de los Andes. Sergio Díaz, el rescatista con el que mejor se llevaron, murió dos años después "de tristeza —según Zerbino— porque creía que nosotros dudábamos de él".
La duda estribaba en un trance sensible de esta historia: las fotos con las que los diarios ilustraron sus portadas bajo el título 'Que Dios los perdone". Escenas explicitas de postcanibalismo para la prensa mundial. "Alguien vendió esas fotos. Estaban los cuerpos abajo de la nueve, enteros, pero después se veía, de repente, un fémur", dijo Gustavo Zerbino.
Más allá de las clásicas fotos tomadas desde uno de los primeros helicópteros, el otro registro visual público de esa experiencia en los Andes de 1972 es el que los sobrevivientes tomaron con una cámara durante la estadía. Pero hay un tercer elemento documental: las imágenes que sacaron los rescatistas durante ese día adicional en la cordillera.
Según Zerbino, Díaz les explicó que las fotos eran necesarias para cuestiones de investigación y que las mismas nunca serían públicas. Aunque alguna mano las hizo llegar a las redacciones. "Sergio Díaz creía que nosotros desconfiábamos de él. Pero él había sido solidario, nos dio contención y nos aconsejó mucho aquella noche sobre lo que se nos iba a venir. 'El mundo los está esperando', nos advirtió. Jamás dudamos de él", asegura Zerbino. "Luego se supo que alguien las vendió. Y se supo quién había sido" dice el sobreviviente uruguayo, en referencia a Carlos Lucero, aunque sin nombrarlo. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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