Nacionales
Entre la decadencia y el ridículo
Cristina y Mauricio, y el dolor de ya no ser
Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri fueron los polos ordenadores de la política argentina durante quince años. Después de disfrutar de sólidos liderazgos sobre la mitad de los argentinos, la actualidad los encuentra en una situación incómoda, para la que ningún político está preparado: la declinación.
En ambos casos no se trató de un aterrizaje abrupto. Desde 2018 en adelante, Mauricio Macri va sufriendo la impugnación de la mayoría de la sociedad. En los últimos tiempos se le agregó la de buena parte de su propio partido, el Pro, y del liberalismo en general. El evento de la fundación Libertad, días atrás, lo mostró en la patética situación de quedar abandonado por todos los presentes, que se fueron en masa a abrazarse y a saludar a Javier Milei. "Muerto el rey, viva el rey", según la sentencia clásica. Pero Macri sigue vivo y no soporta la decadencia, como lo demostró en esa misma reunión, donde literalmente se escapó por una puerta lateral.
Si bien Macri sabe que no puede oponerse al gobierno de Javier Milei a riesgo de quedarse sin base política, tiene también en claro que un éxito eventual del actual presidente los retira definitivamente de la escena a él y a su partido. Una eventual alianza entre el Pro y La Libertad Avanza para las próximas legislativas parece inviable, ya que lo condenaría a ser la UCR en el gobierno de Cambiemos, un furgón de cola que sólo permite obtener cargos y contratos, sin capacidad de decidir.
Cada tanto Mauricio dialoga con alguna figura significativa de la mesa chica de Milei. Le prometen cosas que no le cumplen para tranquilizarlo, y si bien muchos referentes del Pro se sumaron a la actual gestión lo han hecho a título personal, mientras que otros que aún se mantienen en el partido porteño esperan ansiosos para sumarse en condiciones similares, sin compromisos partidarios.
En los próximos días Macri quedará consagrado como nuevo presidente del Pro, una cáscara vacía por estas horas, con Patricia Bullrich como ministra y Horacio Rodríguez Larreta negociando una reincorporación al peronismo.
Del lado de Cristina la brújula está trastornada hace tiempo. Si este sábado salió a hablar fue simplemente para confirmar que sigue participando de la escena política, enviando una señal a su hijo biológico Máximo y a su hijo putativo Axel Kicillof para que no se desesperen por repartir su herencia, ya que pretende seguir vigente. Con su discurso de Quilmes le acercó un pulmotor a Javier Milei, que venía cayendo drásticamente en las últimas encuestas. El respaldo del gobierno para mantener cajoneadas las causas judiciales tiene un precio, y Cristina está dispuesta a pagarlo desde hace tiempo, sacrificando incluso la memoria del kirchnerismo para seguir en libertad. (www.REALPOLITIK.com.ar)
ETIQUETAS DE ESTA NOTA
Horacio Rodríguez Larreta, Cristina Fernández de Kirchner, Máximo Kirchner, Patricia Bullrich, Axel Kicillof, Mauricio Macri, Javier Milei¿Qué te parece esta nota?
MÁS NOTICIAS