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27 de mayo de 2024 | Nacionales

De nunca acabar

Dádivas en la Policía de Seguridad Aeroportuaria

Días atrás, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado procesó a diecinueve funcionarios de la era kirchnerista por haber recibido más de 7 millones de dólares de coima en forma de viajes a Europa, efectivo y regalos particulares. Ahora, los trabajadores exigen que la investigación se extienda a otros ex funcionarios.

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“Esto existió desde siempre en la Policía de Seguridad Aeroportuaria”, explicó uno de los pocos funcionarios de carrera que quedan en una estructura atravesada por los favores políticos: “Cada gobierno que llega mete a su propia gente y estos lo primero que hacen es arreglar con las empresas privadas”.

Días atrás, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado procesó por cohecho al ex comisario Rubén Adonajlo, que cumplió el rol de director de Habilitación y Control de Seguridad Privada de la PSA. Según se supo en la investigación judicial, habría recibido regalos particulares, dinero y viajes a Europa de la compañía privada Securitas.

Lo que los trabajadores del área se preguntan, sin embargo, es por qué aún no han llamado a todos los demás. Incluso, a aquellos que cumplieron el mismo rol que Adonajlo como, por ejemplo, Carlos Coto. “Cuando llegó el gobierno de Macri siguió la joda, como si nada”, aseguró uno de los empleados de la PSA a este medio.


Carlos Coto.

La resolución de la jueza federal de San Isidro, Arroyo Salgado, incluye el procesamiento de 19 sospechosos de haber participado o recibido los pagos indebidos, admitidos por los propios representantes de Securitas. Pasajes aéreos, dinero en efectivo, reservas hoteleras y paquetes turísticos, por algo más de 7 millones de dólares.

Los trabajadores del área de Seguridad Aeroportuaria Preventiva no se atreven a acudir a la Justicia por miedo a represalias, pero advierten que las actividades delictivas y la procesión de coimas no terminó en Adonajlo y sindican también a su sucesor, Carlos Coto.

Coto, que ocupó el cargo entre 2016 y 2020 con la gestión de Mauricio Macri, fue nombrado tras la llegada de Juan Carlos Ozarán a la PSA como director general de Seguridad Aeroportuaria Preventiva. Los trabajadores del área, algunos con más de diez años de trayectoria, aseguran que el raid delictivo continuó durante los años del macrismo.

Ozarán, a su vez, llegó de la mano de Pablo Lázaro, gran maestre de la alicaída masonería argentina, especializado en ciberseguridad. Hoy, la masonería se debate con el ingreso de numerosos miembros vinculados a las fuerzas de seguridad y políticamente alineados con Javier Milei, lo que complica el rol de Lázaro.


Pablo Lázaro, gran maestre.

A pesar de la investigación judicial, los avances de Sandra Arroyo Salgado y los reclamos de nuevas indagaciones por parte de los trabajadores de la PSA, los funcionarios que ocuparon roles estratégicos del año 2016 en adelante parecieran gozar de una llamativa impunidad. A modo de ejemplo, bien vale un botón. Hace apenas unos meses, lejos de mantenerse apartado de la arena política, Ozarán fue premiado con un puesto a cargo de la Coordinación y Capacitación Policial en el Instituto Superior de la Policía de la Seguridad Aeroportuaria. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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