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El reconocido periódico argentino suspendió el torrente de notas desde las 20.00 a las 24.00, cuando se supo que la candidata del oficialismo de izquierda se había alzado con las elecciones en México. La objetividad periodística atravesada por la línea editorial.
En la previa a las elecciones del último domingo, dos mujeres se alzaban como favoritas para alcanzar la presidencia de México. Desde el oficialismo de izquierda se encontraba Claudia Sheinbaum Pardo, una licenciada en física de 61 años con un doctorado en ingeniería en energía. Frente a ella se posicionaba Xóchitl Gálvez Ruiz, empresaria y ex senadora nacional por el Frente Amplio de México, que impulsaba el pluralismo político e ideológico, y que se encontraba más cercana a las corporaciones financieras.
Hasta ese momento, los medios de comunicación de toda la región cubrían frenéticamente las noticias y cada novedad que surgía de los búnkeres de campaña. Sin embargo, para las 00.00 (hora de México), un periódico argentino practicó un curioso silencio que se extendió por más de cuatro horas.
Mientras las notas se sucedían unas sobre otras y la continuidad de la información parecía asegurada, el Instituto Nacional Electoral (INE) informó por cadena nacional que Sheinbaum había obtenido más del 57 por ciento de los sufragios, en lo que se configuró como un apabullante triunfo sobre la candidata de las corporaciones. A partir de ese momento, el diario La Nación quedó en silencio.
En una actitud pocas veces vista en el centenario periódico, nada fue publicado en su sitio web (uno de los más visitados del país) durante algo más de cuatro horas. Entre las 20.00 y las 24.00 (hora de Argentina), La Nación se sumió en el “gran silencio”, el vacío de información que se genera cuando una noticia que parece de ineludible publicación afecta la línea editorial del medio.
Pasadas las cuatro horas, finalmente, La Nación publicó a regañadientes una nota que rezaba “Elecciones en México: una herencia pesada y una lista de desafíos viejos y nuevos para quien suceda a López Obrador” en su perfil de la red social X. Para entonces, sin embargo, ya era demasiado tarde. Sheinbaum se alzaba con la presidencia de México y La Nación había dejado traslucir el desafío que su posición política implica a la objetividad que el periodismo nunca debiera olvidar. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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