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8 de junio de 2024 | Legislativas

Cuesta abajo

La falta de consenso legislativo ya permite imaginar un juicio político

Los dos tercios de los votos obtenidos para la media sanción en Diputados de la reforma jubilatoria encendieron las luces en el gobierno nacional y en los comunicadores y operadores políticos que se ordenan a uno y otro lado del tablero político.

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Con optimismo y anunciando una pronta caída del gobierno de Javier Milei unos, denunciando las acciones conspirativas de la “casta” que el presidente no pudo ni quiso desarmar otros; a la postre lo que demuestra esa votación es que la oposición fue capaz de superar los prejuicios heredados del antiguo clivaje cristinismo - anticristinismo, para votar de consuno un proyecto que sin ser demasiado ambicioso, se inscribe en las antípodas de eliminación por inanición de los jubilados y pensionados que tantas veces plantearon Milei, Diana Mondino y otros funcionarios y referentes de La Libertad Avanza. Los 160 votos obtenidos están a sólo uno de los indispensables para aprobar el juicio político de Milei, con el agravante de que los cinco diputados de izquierda, que votaron en blanco, muy probablemente se sumarían a esa iniciativa. El gobierno no tiene tampoco esperanzas de que el Senado salga en su respaldo, ya que allí alcanzar la mayoría de dos tercios requerida parece ser aún más sencillo.

Cabria preguntarse si la votación de Diputados será o no el punto de partida para el epitafio de un gobierno que, hasta ahora, sólo ha demostrado impericia, mala praxis, falta de respeto por las instituciones y una única determinación de beneficiar a sus patrones sin importar a qué costo. Por lo pronto, esa votación puntal no parece ser sino una mínima expresión de los legisladores en sentido de poner un límite a la carnicería social y la destrucción del estado por parte de un delirante Terminator que plantea abiertamente haber venido del futuro para destruirlo. Inmediatamente puede preguntarse si está en actitud de gobernar alguien que define al estado como una organización mafiosa que debe ser eliminada, y también cómo el poder judicial mire para otro lado ante un grosero mega DNU que viola todos los preceptos y garantías constitucionales, o bien cómo ese Congreso -al que se le adjudica un afán destituyente- se apreste a concederle facultades extraordinarias e inconstitucionales a alguien que ha demostrado tanta inestabilidad emocional y que, a través de sus acciones, no ha dejado de allanar el terreno para la fragmentación territorial y la declinación de la soberanía argentinas.

Posiblemente entonces los diputados no se hayan propuesto ninguna acción conspirativa, sino sólo marcarle el terreno en una cuestión relativamente marginal al gobierno. Pero la alternativa del juicio político y eventual destitución del actual presidente se han instalado en la agenda pública, sobre todo a partir de las propias acciones y declaraciones presidenciales, y de su runfla de operadores mediáticos que cada vez aparece más raleada e inconsistente. La respuesta de Milei ante la media sanción, calificando nuevamente como “ratas” y “degenerados fiscales” a los diputados, retomando el tono autoritario y violento de sus primeras semanas de gobierno, amenazando que está dispuesto a gobernar “a puro veto”, no es sino la manifestación de su matriz antidemocrática que lo ha llevado a gobernar, hasta ahora, “a puro DNU”.

Lo peor para el gobierno es que, a menos de seis meses de gobierno, no puede mostrar un solo logro positivo, y ha quedado en evidencia que la sangre está brotando de su armadura. Los productores no liquidan, acciones y bonos se han caído en picada, el riesgo país que debía ser reducido a menos de 800 puntos ya alcanzó los 1600, luego de haber bajado a 1200, la brecha entre el dólar oficial y el paralelo ha escalado al 45 por ciento, las denuncias de corrupción que se ciernen sobre el ministerio de Capital Humano y sobre varios funcionarios de primer nivel y de empresarios que rodean al presidente son cada vez más graves, y hasta las autoridades del controvertido ministerio han caído en situación de rebeldía al desconocer la decisión del juez Sebastián Casanello, convalidada -y esta tal vez sea la peor noticia para el gobierno- por la Cámara respectiva de Comodoro Py.

El presidente viajero, nuestro Terminator asesorado por un perro muerto, insiste en desentenderse de la gestión. Ya le costó la cabeza de su ministro más próximo, Nicolás Posse, y ahora la guadaña se cierne sobre la otra ministra - amiga de Milei, Sandra Pettovello. Para peor, tanto Karina Milei como Patricia Bullrich le han soltado la mano a la titular del ministerio de “Decapitar Humanos” –tal como se lo ha pasado a denominar incluso dentro del propio gabinete-, y el presidente ha llegado a solicitarle a su hermana la cabeza de Eduardo “Lule” Menem, su pareja y asesor más íntimo.

La situación terminal del gobierno no es obra de la oposición, sino que todo el mérito le corresponde a Javier Milei, quien sigue “sin verla” y insiste con los comportamientos y actitudes que han llevado a imaginar la alternativa del juicio político. autoprovocado. (www.REALPOLITIK.com.ar)    


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