
Municipales
Sin el pan y sin la torta. La ministra de Seguridad, escaladora profesional en el tránsito de uno a otro espacio político, quedó en riesgo de quedarse sin nada.
Después de haber dado el salto ornamental para negociar su inclusión personal dentro del gobierno de Javier Milei, y de haber insistido en la necesidad de unificar a La Libertad Avanza con el Pro, sus días de éxito parecen haber quedado atrás.
En el gobierno las cosas están muy mal. Por más que Milei la considere como su mejor ministra, el desgaste político, la interna facciosa y los pésimos resultados económicos la hacen pensar que el rumbo de la gestión va directamente al colapso. Por eso ha tratado de bajar su perfil y limitarse estrictamente a sus tareas como funcionaria.
El problema es que se ha convocado a una sesión para tratar la ley Bases en el Senado para el próximo miércoles, y tanto la CGT como la CTA y una gran cantidad de organizaciones sociales han decidido llamar a una manifestación pública y multitudinaria de repudio. ¿Se animará a aplicar el protocolo que ella misma decidió en esta situación de gravísima debilidad?
Tampoco le han ido bien en el seno del Pro, ya que sus aspiraciones para quedarse con el aparato bonaerense terminaron en un total fracaso. En la interna Mauricio Macri salió muy fortalecido, mientras que Bullrich terminó derrotada y peleada con Cristian Ritondo y la mayoría de los intendentes del partido.
Bullrich sabe que no tiene chances en el Pro, y hasta fracasó la jugada judicial que intentó como manotazo de ahogado. Ahora ni su partido ni el gobierno le ofrecen una base sólida para construir poder. Sólo le queda el ministerio, mientras mantenga un perfil bajo y se limite a esperar que las condiciones mejoren, si es que lo hacen. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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