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Noche redonda
Los Fundamentalistas en La Plata y "la oportunidad de unión que nos da la música"
Cerca del final del show, Gaspar Benegas resumió en una frase el sentimiento definitivo de la experiencia que supone abismarse a ese repertorio que ya es de todos.
Como ocurre desde fines de 2019, Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado adoptaron el formato que concedió el Indio al saberse limitado de las exigencias propias de una performance en vivo, pero con un repertorio de canciones que entendía aún vivas. Bajo esa expresión solista, Solari generó cinco discos notables con canciones que también se volvieron bandera. El último de ellos, "El ruiseñor, el amor y la muerte", de 2018), no lo llegó a presentarlo en escenario.
La experiencia LFDAA ofrece algo que el rock argentino jamás había vivido, y que probablemente nunca más volverá a generar: una especie de autohomenaje con su creador a distancia, en rol de garante artístico e ideológico, y la utilidad de la tecnología para volver verosímil la réplica de corporalidad. Todo ello sostenido por dos vigas fundamentales en la construcción: por un lado, la banda que interpreta canciones (varias de ellas grabados por ellos mismos); por el otro, una masa que sostiene esas narrativas, las toma como propias y entonces va en su búsqueda.
El evento del sábado pasado en el Estadio Único de La Plata y sus alrededores fue otro episodio más de esa saga en la que Los Fundamentalistas proponen una lista de más de treinta canciones con la curaduría del Indio Solari y sus apariciones puntuales en pantallas, (seis la última noche) mientras su banda saca adelante un cancionero popular, en esta ocasión particularmente recostado en Los Redondos (21 de 33) y con especiales rescates.
La muestra de todo eso cabe en "Queso ruso", tema final del disco "La mosca y la sopa", 1992, interpretado por Los Fundamentalistas en La Plata con unas visuales muy atractivas del Indio haciendo esa misma canción con Los Redondos en videos de Huracán '94 o en Racing '99. "Y los marines de los mandarines que cuidan por vos las puertas del nuevo cielo" va repitiendo la pista de voz de Solari como un mantra de potente actualidad mientras la guitarra de Baltasar Comotto ofrece un cierre incendiario.
Antes de eso habían hecho "Juguetes perdidos" con Gaspar Benegas en la voz. En la presentación de ese tema, el otro guitarrista de la banda agradeció "al Indio por hacer estas canciones" y resumió en un párrafo acaso el sentimiento más sagrado de lo que podríamos llamar "Experiencia Fundamentalistas". "En estos tiempos que tanto esfuerzo ponen en dividirnos, cuidemos mucho esta oportunidad de unión, esta hermosa unión que nos da la música; defendamos eso", sintetizó Benegas en lo que fue la única alocución relativamente extensa que se hizo en toda la noche.
En Argentina, el rock se ha convertido no sólo en un movimiento cultural, sino también en un movimiento social. Y, como tal, tiene sus dinámicas, sus gustos, sus usos y costumbres. El ritual fundamentalista toma la dimensión de masas de la misa ricotera y la actualiza a estos nuevos tiempos en donde ciertos espacios de interacción social se vuelven también trinchera. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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