
Municipales
El gobernador analiza nuevos cambios en la Provincia.
El gobernador Rolando Figueroa ha iniciado su segundo semestre al frente de la provincia de Neuquén con una serie de logros y desafíos por delante, tanto en la gestión administrativa como en el ámbito político-electoral, con miras a los comicios nacionales del próximo año.
Desde el inicio de su mandato, Figueroa ha enfatizado un enfoque de austeridad, advirtiendo sobre los problemas financieros heredados. Sin embargo, la provincia de Neuquén muestra un incremento en sus ingresos, situándola en una posición privilegiada en comparación con otras jurisdicciones del país. Esto le permitirá afrontar varios desafíos pendientes con recursos propios, especialmente en materia de obra pública, y cumplir con los compromisos salariales y los gastos de funcionamiento del Estado sin mayores sobresaltos.
A pesar de la mejora en algunos sectores económicos, la pobreza sigue siendo un problema importante en Neuquén, reflejando la situación nacional. En cuanto a la obra pública, Figueroa ha encaminado las negociaciones con el gobierno nacional, manteniendo reuniones con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el ministro de Economía, Luis Caputo. Aunque aún faltan detalles por definir, el apoyo general a la Ley Bases ha facilitado un entendimiento para la finalización de obras avanzadas, la transferencia de algunas con financiamiento y la ejecución directa de otras por parte de la provincia. Además, este apoyo le ha permitido al gobernador obtener autorización para salir a los mercados internacionales en busca de nueva deuda.
A pesar de no contar con mayoría en la Legislatura, Figueroa ha logrado la aprobación de leyes provinciales importantes, especialmente aquellas relacionadas con cuestiones fiscales para mejorar los niveles de recaudación. En el ámbito político, ha tejido alianzas estratégicas, incluyendo acuerdos implícitos con el bloque del Movimiento Popular Neuquino (MPN) y explícitos con los intendentes emepenistas y con Mariano Gaido. Esta movida busca desarticular a la oposición y fortalecer su posición de cara a las elecciones, aunque también conlleva riesgos internos dentro del frente político que lo llevó al poder y en la percepción del electorado que buscaba una alternativa al MPN.
El pacto electoral con diversos sectores, incluyendo el petrolero del MPN, tiene la ventaja de consolidar fuerzas pero también puede generar tensiones internas y afectar la percepción de los votantes que apoyaron un proyecto alternativo al MPN. En el Gobierno, son conscientes de que estos acuerdos pueden no ser bien recibidos por una parte significativa de la sociedad, pero los consideran necesarios para enfrentar a los principales contrincantes, el peronismo no figueroista y los libertarios. Esta será la primera prueba de fuego para Figueroa, en una apuesta que es ambiciosa pero también arriesgada.
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