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Javier Milei afirmó en campaña que la venta de niños es “una cuestión filosófica” y citó a un autor que avala la posibilidad de un “floreciente mercado de niños”. Bullrich, a pesar de haber criticado duramente su postura, no dudó en unirse a él para derrotar al kirchnerismo.
La desaparición de Loan Peña, el niño de cinco años que pareciera haberse esfumado de la tierra hace ya unos doce días, continúa estremeciendo al país. Desde todos los rincones, los argentinos siguen el minuto a minuto a la espera de la aparición con vida del pequeño. El gobierno nacional, que durante las primeras jornadas evitó pronunciarse sobre el tema, fue duramente criticado por la sociedad. En respuesta, la ministra Patricia Bullrich intentó copar la agenda del caso Loan y mostrar, de un día para el otro, una febril actividad en un supuesto intento de recuperar al niño.
Sin embargo, a poco de iniciar su movida en torno al operativo, la ministra recibió dos baldazos de agua fría. Por un lado, las autoridades policiales de Paraguay desmintieron categóricamente que Loan haya sido llevado ilegalmente a ese país, como había deslizado Bullrich. El papelón fue tan grande que la titular de la cartera de Seguridad tuvo que cancelar su tan publicitado viaje al vecino país y cambiarlo por Goya, en la provincia de Corrientes.
Por otro lado, no fueron pocos los que recordaron que la propia Bullrich había criticado duramente la lamentable postura de Milei respecto a su postura sobre el "mercadeo" de niños. En una entrevista radial, el por entonces diputado nacional y candidato presidencial, Javier Milei, había afirmado que la venta de niños plantea una “discusión filosófica, que no sé si el país está listo para tener”. Sorprendido, uno de los periodistas le preguntó: “¿La respuesta no debiera ser un rotundo no?”. A lo que Milei, sin agitarse, aseguró: “Depende”.
En respuesta, la ministra se presentó ante la televisión, leyendo una cita de Murray Rothbard, un autor referenciado por Milei, en el que se sostiene que “los padres son propietarios del niño, y como tales, pueden donar o vender sus derechos sobre él en virtud de un contrato voluntario. En suma, en una sociedad libre, puede haber un floreciente mercado de niños. Los padres tienen derecho o no a alimentarlos. Pueden dejarlo morir de hambre, porque esa es la libertad”.
A pesar de que en aquel entonces Bullrich repudió la postura de Milei y lo consideró “un grave límite” que nadie debiera traspasar, no dudó días después en sumarse a su espacio en el afán de derrotar a la propuesta de Unión por la Patria a cambio de un cargo en el gabinete. Hoy, la desaparición de Loan pareciera poner sobre el tapete, una vez más, las contradicciones y los límites de la política, que pareciera flexible incluso a las más graves aberraciones. Mientras tanto, el destino del pequeño continúa teniendo en vilo a todo el país. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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