
Provincia
El centro cerrado de menores de Lomas de Zamora, ubicado en 12 de Octubre y Larroque, colindando con los tribunales locales, fue nuevamente testigo de la fuga de un interno.
El protagonista fue Federico Rodríguez, un joven preso por homicidio, que estaba a punto de cumplir diecinueve y días atrás firmó un juicio abreviado por siete años. Gozaba del beneficio de panadería y todos los días, luego de amasar y trabajar en la cocina de la institución, recorría la instalación vendiendo la mercadería.
Sin embargo, sin permiso judicial -como lo hacía cada día-, al cruzar el perímetro interno para vender lo cocinado al personal policial, simplemente dejó su canasta en el piso y se dio a la fuga, corriendo delante de los agentes que lo acompañaban y los policías que se encontraban en su garita.
Vale destacar que, durante el último tiempo, el director a cargo de ésta institución renunció al menos en dos oportunidades. Sin embargo, autoridades superiores le rogaron que reconsidere su decisión y en ambas ocasiones continuó en su puesto.
Todo indica que la gestión de Andrés Larroque no encontró reemplazante competente para el funcionario, aunque resulta difícil imaginar gestiones que acumulen más fugas y motines que las actuales. Sin embargo el Organismo Provincial de la Niñez y Adolescencia (OPNyA) ha demostrado que siempre puede estar peor.
Mientras tanto, los deudos y también víctimas de Federico Rodríguez se enterarán de la triste y alarmante noticia por los medios. Un ladrillo más en el muro de la inseguridad e impunidad que encierra a la sociedad bonaerense. Presos libres, ciudadanos con miedo. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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