
Interior
El mercado reaccionó a las absurdas medidas del gobierno para ponerle freno al alza de los mercados alternativos. Tardó dos días, en los que las cotizaciones de los paralelos experimentaron una rebaja. Este miércoles rebotaron el CCL, el MEP y el Blue. Mientras tanto, acciones locales y ADRS que cotizan en Wall Street y bonos siguieron a la baja.
De nada sirvió el anuncio del superávit financiero que, según el gobierno, se alcanzó en junio. El mercado tiene en claro que se trata sólo de alquimia financiera, postergación de pagos y un brutal endeudamiento, que ya llega a los 72.000 millones de dólares durante el gobierno de Milei.
Luego de dos jornadas de suave caída, el dólar blue recuperó energía, ubicándose en los 1.450 pesos para la venta, registrando un incremento de 45 pesos en este miércoles. El MEP y el Blue subieron un 2 por ciento en promedio, ubicándose por encima de 1.300 pesos. En paralelo, los bonos soberanos en dólares registraron su cuarta jornada consecutiva de pérdidas, siendo los más afectados el Bonar 2041 y el Global 2041.
El riesgo país, medido por el JP Morgan, superó los 1600 puntos básicos.
Queda en claro que desprenderse de reservas para controlar los dólares alternativos es una pésima señal para los mercados y el FMI, ya que el gobierno pone así en riesgo su capacidad de pago de las obligaciones. De hecho, durante el mes de julio el Banco Central compró 290 millones de dólares, pero se deshizo de 33 millones, por lo que las reservas internacionales ahora se ubican en los 27.580 millones, el mínimo desde el 30 de abril.
Todo el arco de economistas, desde los ortodoxos a los neoclásicos, se han cansado de señalar los horrores de la actual gestión económica. Días atrás, Fausto Spotorno, integrante del Consejo de Asesores Económicos del presidente, salió a señalar los errores de la actual conducción. Inmediatamente fue expulsado de ese ámbito. Este martes, lo propio sucedió con el empresario Teddy Karagozian, quien hizo una fuerte crítica a las políticas económicas de este gobierno, y este miércoles a la mañana fue igualmente despedido. Ya no le van quedando ni los apoyos propios: todos se escapan en desbandada ante los resultados de una política que, no sólo en el ámbito financiero, sino también en el productivo, empuja a la economía hacia la catástrofe.
Aún resta resolver el tema puts con los bancos y el clima está decididamente caldeado. El gobierno parece estar a la deriva, considerando como su única carta de salvación una eventual ayuda de Donald Trump en caso de que acceda a la presidencia de Estados Unidos. Pero para eso falta demasiado, y cada día que pasa se inicia con pronóstico de colapso. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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