Provincia
Seguridad en alerta
Crece la disputa entre Avilés y el gobernador de Córdoba
Avilés ha acusado públicamente a Llaryora de tener una “clara intencionalidad” de faltarle el respeto a los ciudadanos de Carlos Paz y de “provocar situaciones conflictivas”.
El conflicto entre el intendente de Carlos Paz, Esteban Avilés, y el gobernador Martín Llaryora ha alcanzado nuevos niveles de tensión tras las recientes acusaciones y la guerra verbal que los dos líderes políticos han desatado. En un enfrentamiento que va más allá de la mera gestión y entra en el terreno de la política pura, Avilés ha elevado el tono de sus críticas contra el oficialismo provincial, centrando su ataque en el área de seguridad, un punto sensible para el gobierno.
En un acto que ha sorprendido a la comunidad política, Avilés ha acusado públicamente a Llaryora de tener una “clara intencionalidad” de faltarle el respeto a los ciudadanos de Carlos Paz y de “provocar situaciones conflictivas”. Estas declaraciones se suman a su percepción de que la Provincia ha sido “discriminatoria” y ha “abandonado” a la Perla de Punilla en términos de recursos y planificación para la seguridad local.
El conflicto no es meramente administrativo. Detrás de las diferencias en la gestión de seguridad, se percibe una lucha de poder y un intento de posicionamiento político. Avilés, que ha tenido una relación cercana con el peronismo durante el gobierno de Juan Schiaretti, ha roto con el oficialismo actual y ha asumido un rol opositor prominente. Su enfrentamiento con Llaryora refleja una fractura profunda en el panorama político cordobés, donde Avilés busca capitalizar su descontento para consolidarse como una figura relevante en la oposición.
El Gobierno provincial, por su parte, ha adoptado una estrategia de contención. A pesar de la escalada de Avilés, desde el Panal se opta por mantener la calma y no responder con igual vehemencia. Esta actitud parece ser una forma de dejar que Avilés se desgaste en sus esfuerzos opositores mientras la Provincia sigue adelante con sus propias agendas.
La disputa se ha manifestado en múltiples frentes. Avilés ha decidido no participar en diversas instancias institucionales promovidas por la Provincia, como la Mesa Provincia-Municipios, y ha faltado a eventos oficiales, como la presentación de la temporada de invierno por parte del actual titular de la Agencia Córdoba Turismo, Darío Capitani. Estos desplantes han aumentado la fricción entre el municipio y el gobierno provincial.
Uno de los episodios más notables fue la ausencia de Avilés en el acto del ministro de Seguridad, Juan Pablo Quinteros, quien se encontraba en Carlos Paz para presentar la nueva cúpula de la Departamental Punilla y entregar vehículos. La decisión de Avilés de excusarse por compromisos previos y la falta de atención a la invitación fueron interpretadas como una respuesta a las críticas que Quinteros había hecho sobre las quejas del intendente en materia de seguridad.
Desde el Gobierno provincial, se argumenta que la Ley de Seguridad, que busca coordinar recursos y priorizar a los vecinos, no ha sido suscrita por Avilés, lo que lo excluye de ciertos beneficios como el reparto de vehículos y capacitaciones. Sin embargo, Avilés sostiene que su ciudad ya ha desarrollado un sistema de seguridad robusto y critica el cambio de autoridades en la Departamental Punilla en plena temporada alta, lo que considera un obstáculo para la efectividad del trabajo conjunto.
En medio de este torbellino, se rumorea que Avilés tiene aspiraciones de ampliar su perfil político, incluso con posibles inclinaciones hacia la Libertad Avanza. Aunque el intendente desmiente tales especulaciones y se enfoca en el reclamo de que la Provincia cumpla con sus responsabilidades en materia de seguridad, la política y la gestión siguen entrelazadas en esta compleja narrativa. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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