Municipales
General Rodríguez
Bajo la gestión de Mario Russo, el hospital Sommer se convirtió en una unidad básica de La Cámpora
En las últimas semanas, el hospital nacional Doctor Baldomero Sommer, ubicado en General Rodríguez, ha sido el epicentro de controversias que han generado preocupación entre los profesionales de la salud y la comunidad local. Otra vez, los vínculos entre Javier Milei y el kirchnerismo.
La histórica institución ha pasado de ser un referente en atención médica a convertirse en un "aguantadero" de militantes de La Cámpora, lo que ha derivado en un deterioro significativo de su funcionamiento.
El hospital, que depende directamente del ministerio de Salud de la Nación, que conduce Mario Russo , ha sido señalado por la reciente incorporación de decenas de empleados vinculados a la organización política La Cámpora, encabezada por Mercedes Anigstein, hermana del primer concejal de Mauro García, el intendente kirchnerista de General Rodríguez. Esta situación ha generado alarma entre el personal médico, que denuncia la falta de insumos básicos como medicamentos y reactivos de laboratorio, así como la interrupción de servicios clave, como la tomografía, debido a planes de tercerización.
Las críticas apuntan a que el hospital, que anteriormente funcionaba de manera eficiente, ha visto un incremento inusitado en la cantidad de empleados administrativos, muchos de los cuales fueron incorporados sin justificación clara, lo que ha sobrecargado la nómina y comprometido los recursos destinados a la atención médica. "El hospital está pasado, según modernización, en la cantidad de empleados administrativos, y ellos siguen metiendo gente por la ventana", advierten fuentes internas.
Mercedes Anigstein, conocida por su cercanía con La Cámpora y su amistad con Julio Morales, el nuevo director administrativo del Sommer, ha sido una figura central en esta transformación. Morales, a quien se le atribuye el control de la "caja" del hospital, ha sido acusado de crear cargos innecesarios para colocar a conocidos y amigos, lo que ha desviado el enfoque de la gestión sanitaria hacia intereses políticos.
Además, el hospital ha experimentado un cambio en su dirección. Los directores de la gestión anterior, designados durante el gobierno de Mauricio Macri, fueron reemplazados por nuevos funcionarios afines al kirchnerismo. El nuevo equipo directivo incluye a Santiago Cerneaz como director ejecutivo, junto a otros directores como Analía Gabriela Milán, Gisela Paola Bracco, y un administrador que maneja los recursos humanos con la asistencia de Rita Sabate, una funcionaria que anteriormente estuvo en el ministerio de Relaciones Internacionales y Culto.
La situación ha generado un profundo malestar entre los jefes de servicio de Laboratorio y Farmacia, quienes han reiterado su desesperación por la falta de insumos que dificulta la prestación de servicios básicos. En palabras de un empleado con quince años de antigüedad: "En un mes de gestión metieron 27 cargos nuevos entre nombramientos y contratos de ley de obras y servicios. Esta gente vino por la caja y están haciendo quedar muy mal al gobierno".
La militancia de La Libertad Avanza en General Rodríguez también ha expresado su indignación, señalando la presencia de infiltrados de La Cámpora en el ministerio de Salud. A pesar de las acusaciones, no está claro si el ministro Mario Russo está al tanto de esta situación. Se sospecha que Mercedes Anigstein, tras instalar a su equipo, habría regresado al ministerio, dejando la gestión del hospital en manos de sus allegados.
Este escenario plantea serios interrogantes sobre la politización de una institución sanitaria que, en lugar de centrarse en la atención de sus pacientes, parece haberse convertido en un bastión de intereses partidarios, en detrimento de la salud pública. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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