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La legislatura de Córdoba elude el problema de los cuidacoches y deja a los vecinos sin soluciones
A pesar de los sólidos argumentos presentados por el legislador, el proyecto fue finalmente rechazado, evidenciando una vez más la falta de voluntad política para resolver un problema que afecta a miles de cordobeses.
La última sesión en la Legislatura de Córdoba fue escenario de un intenso debate que dejó en evidencia la incapacidad del oficialismo para abordar uno de los problemas más acuciantes para los capitalinos: la presencia de los "naranjitas". Gregorio Hernández Maqueda, legislador del bloque unipersonal Mejor Futuro, logró poner en el centro de la discusión un tema que incomoda a la ciudadanía y que parece no tener fin.
El proyecto presentado por Hernández Maqueda, que buscaba prohibir la presencia de cuidacoches en las calles y sancionar con severidad a quienes exijan pagos indebidos, generó una feroz resistencia entre las filas oficialistas. A pesar de los sólidos argumentos presentados por el legislador, el proyecto fue finalmente rechazado, evidenciando una vez más la falta de voluntad política para resolver un problema que afecta a miles de cordobeses.
La postura del oficialismo, encabezada por Facundo Torres, presidente provisorio de la Cámara, se centró en la supuesta inconstitucionalidad de la propuesta, argumentando que la regulación de esta actividad corresponde a cada municipio. Sin embargo, esta excusa no hace más que prolongar una situación de desorden y violencia que los vecinos enfrentan a diario, dejando al descubierto la inacción del gobierno local para poner fin a un problema que se arrastra desde hace años.
La realidad es que, mientras los legisladores se lavan las manos y transfieren la responsabilidad a los municipios, el caos en las calles de Córdoba continúa. La ausencia de un marco regulatorio claro y la permisividad ante la creciente informalidad han convertido el cobro de estacionamiento en un acto de extorsión que, lejos de ser controlado, parece haber sido abandonado a su suerte.
La estrategia del oficialismo en la Legislatura para cerrar el debate no fue más que una maniobra para evitar enfrentarse a una discusión que requiere de una solución integral y comprometida. Mientras tanto, los cordobeses siguen siendo rehenes de un sistema caótico y, muchas veces, violento, que sigue sin ser una prioridad para quienes tienen el poder de cambiarlo. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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