Municipales
A Milei lo salva el circo
Sálvese quien pueda
La realidad de la Argentina de Milei es un tsunami que conmueve las estructuras precedentes y amenaza con dejar tierra arrasada. No sólo es la desaparición de la clase media demostrado por Guillermo Oliveto en La Nación, quien llegó a hablar de una “mutación genética” en la estructura social argentina, sino también la multiplicación de la pobreza
La industria no deja de caer a niveles desesperantes, del mismo modo que la seguridad social demostró una baja de 600.000 aportantes en blanco. Y esto sin mencionar los indicadores de una inflación autoprovocada por el gobierno actual a partir de su devaluación del 1080 por ciento del dólar ni bien asumió, o las caídas sin precedentes en el comercio, el consumo y los salarios, o el rojo en las reservas que llevaron a que se superase el 1070 por ciento de riesgo país.
La recaudación viene cayendo en picada producto del desplome de la actividad económica, y la restitución del impuesto a las Ganancias a la cuarta categoría significará un golpe demoledor para la actividad comercial e industrial, sobre todo de las PyMEs, y para los ya deteriorados bolsillos de los argentinos. En las últimas horas se conoció que un gigante como el Grupo Roggio entró en default, al no poder hacer frente al pago de sus obligaciones. "Se ha experimentado en el primer trimestre de 2024 una fuerte caída de la actividad económica y al mismo tiempo altos niveles de inflación, así como una alta volatilidad en las demás variables de la economía, lo que ha impactado significativamente en las cifras de los presentes estados financieros", informó al Mercado de Valores.
En el campo las cosas no están mejor, y si bien el gobierno sigue contando con el apoyo de la SRA, los otros tres integrantes de la Mesa de Enlace consideran ponerle fin, ante la gravedad extrema de la situación que atraviesan sus afiliados.
En el mundo sindical las posiciones de los más tolerantes van perdiendo todo respaldo en las bases y las medidas de fuerza se multiplican. La oposición “colaboracionista”, por su parte, ha quedado desacreditada y debe afrontar las iniciativas del gobierno para hacerla estallar, previo a deglutírsela. Y ni que hablar de jubilados, discapacitados, comedores populares o recortes cada vez más demoledores a los giros a las provincias; o del impacto de los nuevos ajustes tarifarios a los servicios públicos.
El gobierno no asume las consecuencias de sus políticas sobre la Argentina productiva ni sobre el humor social, y se limita a tratar de tapar la realidad tratando de incrementar sus capacidades represivas, el ejercicio del espionaje o la manipulación de la comunicación, recurriendo a los Loans y a las Yuyitos, o bien haciendo tirar sobre la agenda el aberrante caso de violencia de género agravada por el vínculo del ex presidente Alberto Fernández, del que ya tenía conocimiento hace tiempo, pero decidió echar mano en la actualidad, cuando las cifras de aprobación de Javier Milei se han desmoronado al 40 por ciento.
Cada vez son más los sectores que miran absortos la implosión de la Argentina, sin avizorar en el horizonte propuesta o alternativa alguna para modificar el curso de la curva descendente. La oposición, “colaboracionista” o “combativa”, esconde la cabeza y, a lo sumo, se limita a comentar lo que sucede, confirmando que la bronca y la decepción mayoritarias que llevaron a la victoria de Milei estaban plenamente justificadas.
Nadie se hace cargo de sus errores o fallas. Cristina trata de esquivarle el bulto a una posible condena judicial atacando a Nicolás Maduro o desentendiéndose de su responsabilidad de haber elegido al castigador Alberto Fernández; mientras que Mauricio Macri pretende no quedar arrastrado por el tsunami y preservar al Pro y a su propia imagen que, a esta altura, ya han sido arrasados. Por su parte, Axel no termina de subirse al ring presentándose como opción alternativa, Quintela no tiene la potencia suficiente para ocupar este lugar, y Pichetto y compañía van siendo desmembrados con precisión quirúrgica.
El gobierno sigue alimentándose del fracaso y de la inoperancia ajenos, esperando que el barco no se le hunda hasta la asunción de Donald Trump. Pero también esa apuesta no garantiza la llegada de fondos frescos, tal como lo ha adelantado el asesor de quien se supone será el nuevo presidente de los EE.UU.: Mauricio Claver Carone no tuvo empacho en asegurar que esa ayuda no es más que una utopía, y que Trump ni siquiera conoce a Milei, más allá de alguna foto de ocasión, y está lejos de ser su aliado.
En estas condiciones, la Argentina ha caído en el sálvese quien pueda, aunque en las condiciones actuales los únicos en condiciones de hacerlo son los mismos que se beneficiaron de nuestro hundimiento: la “casta” real, compuesta por el empresariado más concentrados, la familia judicial y unos pocos operadores políticos que consiguen sobrevivir o van reemplazándose como material descartable al servicio de intereses superiores. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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