
Interior
En las últimas horas, trascendió la existencia de un video que muestra de manera escabrosa cómo trece prófugos del Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia (OPNyA) someten a otro menor a un brutal acto de abuso sexual en el instituto Eva Perón.
El organismo que controla Andrés Larroque no para de generar escándalos. En este caso, a la gravedad que reviste una violación con acceso carnal dentro de un centro de menores, se le suma el perverso morbo de registrarlo en video con un teléfono móvil y el extraordinario hermetismo de las autoridades del gobierno bonaerense, que ni siquiera pusieron a disposición de la Justicia semejante material.
La situación habla a las claras no solo de la inoperancia del ministro Andrés Larroque, sino de la complicidad delictiva y el desprecio por la vida de los menores. De hecho, el aspecto incomprensible que aporta mayor gravedad es el ámbito donde se produce el hecho: un dispositivo destinado no solo a la reclusión y cumplimiento de penas, sino también a garantizar la protección de los derechos del niño en favor de la reinserción social pretendida.
La realidad del OPNyA en la gestión de Axel Kicillof evidencia la proximidad de un fin de ciclo que solo subsiste a fuerza de pauta publicitaria para comprar voluntades, pero que vienen a ser como una mano intentando tapar el sol. De lo contrario, sería inexplicable la poca trascendencia mediática ante el récord histórico de fugas en la historia de los institutos de menores.
Vale destacar que, al cierre de esta edición, uno de los prófugos fue recapturado en una gomería de la ruta 2 y derivado a un penal para mayores por parte de un juez de San Justo, que entendía en la causa original. Por otra parte, los trabajadores del instituto, como siempre temerosos por eventuales represalias, ahora se verán implicados en gravísimas causas que exceden el ámbito administrativo y pasarán al fuero penal judicial. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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